¿Qué son los cuervos de Hempel?

Se trata de una aparente paradoja de la lógica postulada en el año de 1945 por un filósofo alemán llamado Carl Gustav Hempel. Esta pone en jaque el criterio de Nicod, postulado por el filósofo francés Jean Nicod, según el cual una hipótesis del tipo “todos los cuervos son negros” se confirma a través de la observación de cuervos negros, se invalida por la observación de cuervos verdes y no se ve afectada por la observación de manzanas de cualquier color.

Hempel fue contra esta noción proponiendo, por medio de la lógica, que observar manzanas – o cualquier otra cosa que no sea el objeto postulado – puede confirmar, sí, la hipótesis inicial (abajo se explica con más detalle). Los cuervos de Hempel hicieron volar plumas en la filosofía de la ciencia, e incluso en nuestros días son motivo de discusión académica, ya que a través de esto se discuten las “reglas” científicas y se puede determinar, por ejemplo, que tipo de evidencia puede (o no) derribar o confirmar una determinada hipótesis.

Una lógica absurda.

Según Hempel, si se observa el color de una manzana es posible determinar el color de un cuervo:

La hipótesis inicial es que todos los cuervos son negros. Traduciendo a términos matemáticos el significado de esta afirmación, tenemos que la totalidad de los cuervos negros está contenida en el grupo de todas las cosas existentes cuyo color es el negro.

Por equivalencia lógica se llega a la hipótesis de que todo lo que no es negro no es un cuervo. Es decir, todo lo que está fuera del grupo de cosas que son negras lógicamente no pueden ser un cuervo, dando origen al grupo de cosas “no cuervo”.

Un ejemplar de cuervo negro es observado de forma individual. Si fuera de cualquier otro color, automáticamente haría invalida la proposición de que todos los cuervos son negros. Según el criterio de Nicod, si el animal fuera un hipopótamo (un “no cuervo”), su color no interferiría con la hipótesis inicial.

Esta manzana es verde, entonces todos los cuervos (todavía) son negros. Ahí reside la paradoja: esta observación valida la hipótesis de que todo lo que no es negro no es un cuervo, demostrada arriba. En otras palabras, desde el punto de vista de la lógica es absurdo que mirando una manzana verde sea posible afirmar con más seguridad que todos los cuervos son negros.