Pequeños bebés y sus adorables perros gigantes

Pese a su apariencia a veces atemorizante, las grandes razas de perros pueden ser especialmente amigables con la familia, amar y proteger a los pequeños como si fueran los propios. Y, tal como ilustra esta hermosa compilación de fotografías, lucen extremadamente adorables juntos.

No todos los perros de gran tamaño resultan aptos para el convivio familiar, por ejemplo, los perros guardianes o pastores pueden tornarse animales sobreprotectores cuando permanecen cerca de los niños. Y de la misma forma existen razas pequeñas que resultan inadecuadas para el convivio con los niños pues no toleran los juegos fuertes que pueden ser interpretados por los animales como una agresión.

Por estas razones, la mejor manera de llevar un animal a la vida de los pequeños es por ahí de los 3 años, cuando pueden establecer una relación verdadera y el perro, más que un juguete, pasa a ser compañero de aventuras, su amigo del alma y su confidente.

Los beneficios de criar a los niños al lado de animales domésticos son muchos. Los perros y los gatos pueden jugar un papel importante en la salud, tanto de los bebés, como de los niños mayores. Además, potencializan las relaciones afectivas y estimulan el sistema locomotor.

Investigaciones recientes concluyen que la convivencia entre niños y mascotas, contrario a lo que se dice, no produce alergias, e incluso podría disminuir la incidencia del problema. Según una publicación hecha en la revista Clinical & Experimental Allergy, los niños que se rodean de este tipo de animales domésticos desde el primer año de vida, tienden a ser menos sensibles a los alérgenos.

Por otra parte, otros estudios demuestran que la convivencia diaria con mascotas, hace que los niños crezcan más tranquilos y que tengan una mayor facilidad para hacer amistades. Además, aquellos niños a los que no les agradan los animales o que los maltratan, tienen más probabilidades de presentar problemas de conducta o emocionales.

Los padres deberían ofrecerles tareas a sus hijos en las que involucren a los animales domésticos. El niño puede ser responsable por darle agua, alimentarlo o llevarlo a pasear; si el niño es muy pequeño para salir solo, se le puede asignar la responsabilidad de recordar a los adultos que lleven el perro a pasear. Este tipo de actitud estimula el vínculo afectivo con el animal, además de ofrecer nociones importantes sobre la necesidad de seguir las reglas.

Pero hay una cosa que siempre nos viene a la mente cuando se trata de animales domésticos: pensar muy bien antes de llevar una mascota a casa. Una animal es una parte integrante de la familia y por esta razón hay que analizar mucho si realmente todos los integrantes actuales están de acuerdo con su presencia y, sobretodo, si están preparados para cuidarlo.