El divulgador británico Ben Goldacre pone la queja en todo lo alto en su libro «Bad Pharma: How Drug Companies Mislead Doctors and Harm Patients» («Mala Farmacéutica: Cómo las compañías farmacéuticas engañan a los médicos y dañan a los pacientes») sobre el comportamiento irregular de la industria farmacéutica, ocultando resultados negativos que cuestan muchas vidas cada año.
Basados en el libro de Ben Goldacre se creó este decálogo con las peores prácticas de la industria farmacéutica:
1. 90% de los ensayos clínicos publicados son patrocinados por la «Big Pharma».
Esta es la razón principal por la cual todo el sistema de ensayos clínicos está corrupto, según Goldacre, por lo que terminan trayendo problemas principalmente para los consumidores.
2. Los resultados negativos son ocultados sistemáticamente de la sociedad.
«Sólo estamos viendo los resultados positivos y perdiendo los negativos», escribe Goldacre. – «Debemos iniciar un registro de todos los ensayos clínicos, pedir a las personas registren su estudio antes de comenzar y hacer cuestionamientos antes de que publiquen sus resultados finales». En muchos casos, denuncia el autor, las farmacéuticas se reservan el derecho de detener una prueba y si ven que no se da el resultado esperado, simplemente la suspenden. Por otra parte, obligan a los científicos que participan en estos estudios a mantener en secreto los resultados. Y esta práctica, en ocasiones, puede tener consecuencias dramáticas.
En los años 90, por ejemplo, se realizó una prueba con una sustancia creada contra arritmias cardíacas llamada Lorcainida. Seleccionaron 100 pacientes y la mitad de ellos tomó un placebo. Entre los que tomaron la sustancia, nueve murieron (en relación a 1 con el otro grupo), pero los resultados nunca fueron publicados porque la farmacéutica paralizó el proceso.
Una década más tarde, otra empresa tuvo la misma idea, pero esta vez puso la Lorcainida en la circulación. Según Goldacre, hasta 100,000 personas podrían haber muerto innecesariamente antes de que alguien se diera cuenta de los efectos. Los investigadores que habían hecho la primera prueba pidieron perdón a la comunidad científica por no haber informado de los resultados.
– «Sólo la mitad de los ensayos se publican», escribe Goldacre: – «Y los que tienen resultados negativos son dos veces más propensos a perderse que los positivos. Esto significa que las pruebas en las que basamos nuestras decisiones en Medicina son sistemáticamente manipuladas para destacar los beneficios que un tratamiento ofrece. »
3. Las farmacéuticas manipulan o maquillan los resultados de las pruebas.
En muchas ocasiones los propios ensayos están mal diseñados: usan una muestra muy pequeña, por ejemplo, alteran los resultados o los comparan con los productos que no son beneficiosos para la salud. Goldacre enumera un grupo de pequeñas trampas que realizan de forma cotidiana para colocar un producto en el mercado, como la elección de los efectos de la sustancia en un subgrupo cuando no se obtuvieron los resultados esperados en el grupo que buscaban al comienzo.
4. Los resultados no son reproducibles.
Lo más preocupante para Goldacre es que en muchas ocasiones, no es posible repetir el resultado de los estudios publicados. – «En 2012, un grupo de investigadores informó a la revista Nature su intento de reproducir 53 estudios para el tratamiento prematuro del cáncer: 47 de los 53 no pudieron ser replicados».
5. Los comités de ética y los órganos reguladores fracasaron.
Según Goldacre, las autoridades tomaron medidas contra las constantes denuncias, pero la inoperancia convierte a estas medidas en las soluciones falsas. Los órganos reguladores se niegan a dar información a la sociedad con la excusa de que personas ajenas a la agencia podrían hacer un mal uso o interpretar erróneamente los datos. La ineficacia lleva a situaciones como la ocurrida con la Rosiglitazona.
En 2011, la OMS y GSK tenían noticia de una posible relación entre esta droga y algunos problemas del corazón, pero simplemente no publicaron la información. En 2007, un cardiólogo encontró que incrementa el riesgo de problemas cardíacos en un 43% y todavía se quedó en los estantes hasta el 2010.
6. Prescriben medicamentos a los niños que sólo están autorizados para los adultos.
Este fue el caso del antidepresivo paroxetina. La compañía GSK, según Goldacre, sabía de sus efectos secundarios en los niños y permitió seguir la prescripción sin incluir ninguna advertencia. La empresa se enteró del aumento del número de suicidios entre los niños que tomaban el medicamento y no alertó a la comunidad médica hasta 2003.
7. Realizan ensayos clínicos con los grupos más desfavorecidos.
Con frecuencia se descubre que las farmacéuticas utilizan a los mendigos o inmigrantes ilegales para sus ensayos. Estamos creando una sociedad, escribe, donde los medicamentos son probados en los pobres. En los EE.UU., por ejemplo, los latinos se ofrecen como voluntarios hasta siete veces más solo por obtener la cobertura médica y una buena parte de los ensayos clínicos están siendo desplazados a países como China o India, donde es más barato. Un ensayo en E.U.A. cuesta US $ 30,000 por paciente, Goldacre explica, en Rumania sólo 3,000 dólares.
8. Producen conflictos de interés.
Muchos de los representantes de los pacientes pertenecen a organizaciones generosamente financiadas por las grandes farmacéuticas. Algunos de los directores de estas agencias reguladoras terminan trabajando para las grandes farmacéuticas en una relación bastante oscura.
9. La industria distorsiona las creencias de los médicos y sustituyen a las pruebas con marketing.
Las farmacéuticas, se queja Goldacre, gastan miles de millones cada año para cambiar las decisiones que los médicos toman a la hora para prescribir un tratamiento. De hecho, las empresas gastan dos veces más en marketing y publicidad que en investigación y desarrollo, una distorsión que terminamos pagando en el precio de los medicamentos.
Las tácticas van desde la conocida influencia de los visitadores médicos (con invitaciones para viajar, conferencias y hoteles de lujo) a técnicas más desconcertantes como la publicación de los ensayos clínicos cuyo único objetivo es hacer que el producto se conocido entre los muchos médicos que participan en el proceso. Muchas de las asociaciones de pacientes negocian en las instituciones recibiendo subsidios generosos de determinadas empresas farmacéuticas.
10. Los criterios para la aprobación de medicamentos son como un tamiz perforado.
Los reguladores deberían exigir que un medicamento se mejor que el mejor tratamiento disponible, pero lo que sucede, según Goldacre, es que la mayoría de las veces simplemente basta con que la empresa demuestre que es mejor que ningún tratamiento en absoluto. Un estudio de 2007 mostró que sólo la mitad de los medicamentos aprobados entre 1999 y 2005 fueron comparados con otros fármacos ya existentes.
El mercado está inundado con fármacos que no aportan ningún beneficio, excepto a los propietarios de la farmacéutica, de acuerdo con el autor de Bad Pharma, o de versiones del mismo producto por otra empresa o versiones del mismo laboratorio cuando se extingue la patente.
demonios! pero que hacer? sencillamente nos tienen copados y ya. Muchos critican la herbolaria (la mexicana es una de las mejores, donde había cura para muchas enfermedades que hoy son consideradas incurables) o la misma homeopatía, que a pesar de que no le tengo fe, he visto casos y muchos de mejoría usándola, por que no le tengo fe? por que he leído que es una mentira (la acusan de ser fraude para robar dinero, pero la medicina alopata anda igual). La herbologia y homeopatia son un buen remedio alternativo para los que creen que juegan con sus vidas (mejor juega uno mismo y ya)
p.u.t.a ma.dr.e y ahi les va agarrense, segun los organos regulatorios que dan luz verde a productos de todo tipo no solo medicinas si no tambien comidas shampoos etc de cada mil productos solo hacen pruebas en el 8%, la razon no es humanamente posible hacer pruebas en todos los productos para saber si son seguros de usar o consumir en seres humanos, ya que diariamente aparecen miles de productos, hacen pruebas en pequeños porcenajes y los demas los pasan…productos que tiene nombres herbales o naturales, son cancerigenos a largo tiempo, por ejemplo shampoos que hay en el super que tienen entre su nombre palabras como herbales naturales o parecidas solo de natural tienen el nombre, ya que son quimicos segun no son cancerigenos , pero porque la idea es que ese shampoo sea usado una vez al año, y cambies de marca no que lo uses los 365 dias del año, esto para las chicas y asi hay muchos productos, en youtube hay varios videos de una organisacion de EU que esta denunciando todo eso y dan incluso marcas y casualmente la info del video coincide en partes con el tema….al final la mejor solucion es tratar de no usar tanto productos o medicinas, que si te duele la cabeza ya te quieres tomar una pastilla, yo en lo personal espero que pase un rato para ver si se quita solo o busco algun te de alguna hierba
Maldita industria farmacéutica
Cuenta la leyenda (conspiracionista) que la industria farmacéutica global actualmente tiene curas 100% realizadas para varias enfermedades, pero intencionalmente venden en el mercado medicamentos que solamente alivian los malestares, mas no comercializan la cura definitiva, esto obviamente para mantener a la población enferma y ellos seguir comercializando sus productos… creepy
Es verdad, algunos médicos actuan asi, utilizando de conejillos de indias a los pacientes del IMSS o ISSTE o SSA , para despues estos mismos medicos cobrar miles de pesos en hospitales privados pero antes ya habiendole fastiando la existencia a aquellos enfermos que no pueden pagar la medicina privada. Lo bueno es que algunos medicos aun siguen al pie de la letra a Hipocrates.