¿Historias de fantasmas? no tenemos nada de eso por aquí. Sólo contamos con la historia de Jacob, y es lo más que podemos aproximarnos a alguna historia de terror. ¿Realmente la quieres conocer? Bueno, no debería contártela, pero la verdad es que tampoco tengo inconveniente. La única condición es que no me interrumpas. No tengo paciencia para eso.
¿Cómo describir a Jacob Emory? Creo que era esa clase de persona que siempre pasa desapercibida. No quiero decir que haya sido una mala persona, de ninguna forma – muchas de las personas en esa ciudad creían que era el indicado para un servicio aleatorio en todo el estado, pero no era lo suficientemente bueno en nada. Era la prueba viviente de la frase “haz de todo un poco, pero nada bien”. Mucha culpa tuvo su falta de voluntad.
Se involucró en prácticamente todo lo que la ciudad pudo ofrecerle: autos, operación de radio, administración de tiendas, todo lo que fuera posible, pero jamás se quedaba en el mismo sitio durante mucho tiempo. Sus amigos y compañeros de trabajo solían buscarlo algunas veces, pero todos recibían la misma excusa: “simplemente no fue suficiente”. No tengo que decir que los pocos amigos que le quedaban o eran muy pacientes o ni siquiera hablaban del tema.
Así, resultó inevitable que Jacob se decidiera a emprender un viaje. No recuerdo a donde fue, y creo que la única que sabía era Gertrudis, pero ya murió, así que si tienes curiosidad tendrás que buscar a otra persona. De cualquier forma, nadie hizo nada para detenerlo. Todos creyeron que un pequeño viaje le daría un poco más de ambición, o por lo menos se la alimentaría hasta que no fuera más un problema. Diablos, incluso le organizamos una fiesta de despedida, lo que me pareció algo muy genial de estas personas.
Entonces, Jacob se fue por… seis o siete años, la verdad es que no recuerdo. Tendrás que buscar a otra persona si te interesa. En fin, eventualmente terminó regresando y había cambiado. Era un sujeto más amigable, enérgico, sonreía todo el tiempo, y luego descubrimos la razón. Nos enseñó un suvenir que adquirió durante su viaje – un bastón negro, del tamaño de un lápiz, pero con la textura de la tiza.
Nos preguntamos por qué algo tan simple pudo haberlo cambiado tanto, hasta que nos ofreció una demostración. Tomó un trozo de papel, y con ese bastón – Dios, estoy seguro que existe un término que define mejor a la pieza – dibujó un círculo.
El dibujo cayó hasta que alcanzó la parte inferior del papel donde reposó como una roca. No salió del papel, pero se movía en él, como si fuera un proyector sobre una pantalla.
Hijo, yo sé lo loco que puede parecer esto, y si quieres permanecer del lado de los escépticos, entonces puedes dejar a este viejo con su locura, pero sé perfectamente lo que vi, aunque todos procuren callar lo que debe ser dicho, aquella roca que el dibujo… cayó. Jacob llegó a pasar el papel por las manos de todos los presentes, y a medida que pasaba de una persona a otra, la roca rodaba por la hoja siguiendo su inclinación.
Ninguno sabía qué decir – diablos, qué podría decirse – pero él siguió dibujando demostración tras demostración para nosotros, muñecos de palitos desfilando y piezas haciendo de todo, desde combatir hasta formar perfectas pirámides “humanas”, y a todos nos pareció increíble.
Eso fue todo lo que Jacob requirió – anunció que planeaba hacer espectáculos para financiarse el alquiler y la comida, y en estos espectáculos dibujaría lo que los asistentes le pidieran. Discutimos sobre esto por algún tiempo, y eventualmente terminó convenciéndonos de que era algo seguro, sus dibujos eran totalmente éticos, la práctica totalmente lucrativa y la atención jamás saldría de las fronteras de la ciudad.
Pobre Jacob. Si no fuera por mi asombro, hubiera notado allí mismo las señales salvando a ese pobre desgraciado partiendo a la mitad aquel terrible bastón. Pero era joven, todos lo éramos, y no vimos problema en apoyarlo para que compartiera una increíble experiencia con otros. Después de todo, Jacob no tenía conexiones con la radio y la televisión y, como debes saber, Internet no existiría durante al menos otra década, entonces llevó a cabo lo que las personas en una población pequeña hacen: promocionar sus espectáculos con folletos.
Si vives en una gran ciudad los folletos quizá no tengan mucha relevancia, pero en poblaciones pequeñas logran llamar la atención cada cierto tiempo, y estos especialmente porque Jacob logró destacarse colocando muñecos de palitos saltando y haciendo toda clase de cosas para llamar la atención de las personas. En su primer espectáculo probablemente se dieron cita 60 personas, quizá un poco más.
Y sus presentaciones eran fantásticas. Cuando alguien le solicitaba una pieza de teatro o una escena de comedia, la mano de Jacob volaba como un pájaro sobre una pared blanca. Con toda certeza, el hombre se contuvo cuando dibujó aquella roca. Sus ilustraciones eran perfectas, y era capaz de detallar una figura humana de forma increíble en apenas minutos. De hecho, no recuerdo una sola ilustración que le haya llevado más de 10 minutos.
Se trataba de escenas bien hechas – no sólo veías a un caballero llegando a un castillo, sino que Jacob se tomaba la molestia de dibujar el interior del castillo, como un pastel de boda cortado por el medio, de forma que podías ver al caballero subiendo las escaleras, luchar en las mazmorras y tomar a la princesa para saltar fuera del castillo hasta subirse a su caballo, todo en completo silencio.
No de forma realista, para nada, pero era parte del encanto – nadie esperaba algo totalmente real. Cuando una escena o un boceto cumplían su función, los personajes salían de la pared o él mismo pintaba la pared con pintura blanca. De cierta forma, esto era algo bueno pues cuando terminaba con las cuatro paredes, las personas entendían que el espectáculo se había terminado hasta que la pintura se secara.
Por otro lado, Jacob cambiaba para peor. Mencioné que al regresar se mostró enérgico. Bueno, esa energía, esa vitalidad y fervor o como le quieras llamar, jamás lo abandonó. Ni siquiera un instante. Al contrario, parecía haber aumentado, y a él le encantaba más de lo normal. Sus ojos se hacían cada vez más grandes, dormía cada vez menos, sus opiniones eran más radicales y animadas, y aunque nunca lo haya forzado, estaba empezando a lograr que las personas se sintieran incómodas en su compañía.
Uno o dos meses pasaron, y la audiencia de Jacob creció como el fuego. Prácticamente toda la ciudad se daba cita para ver su arte en acción, por lo que tuvo que alquilar lugares cada vez más grandes para que todos se acomodaran. Ya no hacía pausas entre una escena y otra – se movía directamente a la siguiente, utilizando el próximo espacio vacío en la pared, a veces logrando que las escenas se mezclaran, lo que el público adoraba. Los temas se iban haciendo cada vez más salvajes e inmorales, los monstruos más extraños y creativos, los peleadores utilizaban armas más irreales, todo para mantener el interés del público.
Jacob se volvió más interesado, y concluimos que fue a causa del dinero. Se convirtió en un alcohólico y en un Don Juan (y ninguno de estos vicios le hizo perder la vitalidad). Algunas de sus mujeres contaron haberlo visto despertándose en el medio de la noche para dibujar con aquel bastón en un bloc de notas, con una sonrisa en la cara, aparentemente a ellas mismas sin ropa, incluso hay rumores de que una o dos lograron echar un vistazo al cuaderno. Estas pocas anónimas dicen que los dibujos no eran desnudos artísticos, pero ninguna, quien sea que haya sido, jamás contó lo que había allí.
No intentes buscar los cuadernos o folletos, todos desaparecieron. Me estoy saliendo del tema: lo importante es que él estaba muy tomado, y esto resulta de suma importancia pues fue la bebida la que arruinó todo eventualmente.
Una noche durante una de sus presentaciones, cuando apareció frente a un público bastante animado, inmediatamente quedó claro que estaba completamente alcoholizado. Yo me encontraba en la primera fila y podía percibir el olor del bourbon a 10 pies de distancia. El espectáculo arrancó, ilustró un montón de dibujos y paisajes que el público sugería, hasta que al final, alguien le dijo que se dibujara a sí mismo. A todo mundo le agradó la idea, creo que todos querían saber lo que sus creaciones pensaban de él, y eventualmente estuvo de acuerdo.
Apenas Jacob terminó de conectar las dos líneas finales de su sombrero, todos los personajes, a lo largo de una enorme pared, se detuvieron y observaron está ilustración. Los amantes se dejaron de besar, los payasos dejaron de reír, los robots dejaron de luchar contra los piratas, todos se detuvieron y observaron a un Jacob recién dibujado.
Inmediatamente el público se congeló – recuerdo que la cara de Jacob se puso pálida, habiendo comprendido su gran error, y buscando de forma desesperada las latas de pintura blanca que olvidó disponer en el escenario antes del espectáculo. ¿Todos los demás? Encararon al falso Jacob.
Ese Jacob se llevó las manos a la bolsa de la chamarra, sacó un bastón negro propio, y mientras todos veíamos, dibujó una puerta. Empujó y la puerta se abrió, permitiendo que caminara por el suelo del auditorio.
Lo que siguió fue un pandemonio infernal. Las personas gritaban y corrían a las salidas mientras los personajes de Jacob, tanto los que estaban en la pared como los que habían escapado antes de ser cubiertos, corrían a sus propias salidas, arrojando pasteles, disparando láseres, escupiendo fuego y lo imposible. Yo me encontraba cerca de la salida, y eché un último vistazo hacia atrás. Lo que vi me aterrará por siempre.
Jacob Emory estaba siendo arrastrado por sus propias creaciones a través de la puerta que su propia copia había hecho, todo esto mientras gritaba y peleaba.
Evidentemente, el auditorio terminó incendiándose, pero no tengo idea de los personajes que lograron escapar, o lo que sucedió con el falso Emory, o cuántas personas murieron. El fuego atrajo a los cuerpos de bomberos de las ciudades en un radio de 100 millas – y por su parte, los bomberos trajeron a la policía, que trajo al gobierno y silenció todo. Confiscaron los folletos y toda clase de arte que Jacob había realizado, y nos obligaron a jurar silencio, o nos enfrentaríamos a una cadena perpetua.
Un cigarrillo en la basura durante un juego de básquetbol fue culpado por el incendio, y eventualmente retornamos a nuestras vidas. Básicamente, Jacob fue borrado de la historia.
En retrospectiva, lo comprendo todo. Jacob no estaba fabricando ilustraciones. Las ilustraciones no se movían, mucho menos actuaban o atacaban – eran simplemente imágenes que las personas veían, sombras fabricadas para parecer un producto real. Jacob estaba creando vida – cosas reales en una dimensión alterna, utilizando poderes que nunca debieron caer en manos humanas. Se embriagó con el poder. Probablemente tenía el castigo merecido.
Incidentalmente, el gobierno cometió dos errores. Hicieron un trabajo impecable al silenciar a todo mundo, pero todavía quedan pruebas. Las ruinas todavía están allí, las ruinas del auditorio. Escuché que comenzarán la reconstrucción dentro de poco, lo que eliminará cualquier evidencia que alguien aún pueda ver, y yo fui una vez, varios años después del incendio – una sola vez. Entré a las ruinas cubiertas por cenizas y vi algo. Miré más de cerca. Era la mano de Jacob Emory en la pared. Exactamente como estaba tres años antes, pero constantemente agitada, como si el cuerpo al que estaba pegada estuviera constantemente en llamas.
Ese fue el primer error. El segundo son las creaciones.
Como te dije, no sé cuántas escaparon, ni cuántas fueron encontradas y capturadas por los agentes del gobierno, pero te voy a decir una cosa. ¿Has visto aquellas praderas con hierba alta en los límites de la ciudad? Jamás se te ocurra ir allá. Nunca. ¿Me preguntaste sobre las figuras blancas que viste anoche, no?
Esta ciudad no tiene historias de fantasmas.
Creo que el autor de esta Creepypasta es fan de Bob Esponja, ya que está basada en un capítulo de la serie, en el episodio «Frankentrazo» (2x14B), además que algunos elementos de esta historia también son de Bob Esponja como el fragmento que dice que «Los robots dejaron de luchar contra los piratas» es un diálogo de el episodio «La caja de los bobos»(3x04B).
Si nos fijamos la estructura es la misma a la del capítulo, Bob Esponja encuentra un lápiz que le permite trazar figuras que cobran vida, al principio son cosas simples como una bola de bolos pero todo empeora cuando se dibuja a sí mismo y el trazo cobra vida intentando arrastrar a Bob a un libro y allí encerrarlo, él intenta vencerlo tratando de borrarlo, pero no lo consigue hasta que al final logra atraparlo en el libro, además de que la conclusión de ambas historias es la misma:
Creepypasta: «eran cosas reales de una dimensión alterna».
Bob Esponja: «Solamente era un ser bimensional atrapado en nuestro mundo tridimensional»
Es tan parecida que en vez de inspiración rosa el plagio.
Buena, gracias.
Al principio pensé que seguiría la línea de «La piel de Zapa» o «El retrato de Dorian Gray», me alegro que no fuera así.
Muy buena