Magnate saudita demanda a Forbes…

…por estimar su fortuna en $ 10 mil millones menos.

Desde una cierta perspectiva la pobreza y la riqueza son igualmente intolerables, y cada una a su manera, pero igualmente de obscenas. Es sorprendente que haya personas que viven en condiciones muy precarias, en condiciones que serían consideradas mínimas, situación que no es así para muchos otros que posee excesivos recursos económicos, como el príncipe árabe Al-Waleed bin Talal bin Abdul Aziz Al-Saud que consideró ofensivo que Forbes haya estimado su fortuna a menos.

Sólo un sistema económico basado en el lucro permitiría el paralelo donde una persona vive con menos de 1 dólar al día, mientras que otros pueden ‘tirar’ 1 millón de dólares en el mismo día sin siquiera hacer merma a su fortuna. Desafortunadamente, dicha obscenidad también se expresa en los gestos de la ostentación y la celebración ofensiva de la riqueza. No hace mucho, un millonario ruso, por ejemplo, lanzó billetes de la ventana de su residencia sólo para ver cómo la gente se enfrentaba entre sí por el dinero. Y ahora, el magnate saudita demandó a la conocida publicación Forbes por calcular su fortuna en menos de lo que, según él, realmente tiene.

De acuerdo con la lista de las personas más ricas del mundo que anualmente publica la revista, Al-Waleed ocupa la posición número 26 con US $ 20 mil millones en inversiones que tiene. Sin embargo, el príncipe considera incorrecto esta cifra y asegura que su patrimonio está próximo a los $ 30 mil millones, una diferencia lo suficientemente importante como para demandar a la revista en Inglaterra.

Al-Waleed bin Talal emprendió un litigio, porque cree que es víctima de la discriminación y de bullying internacional por su condición de haber nacido en Arabia Saudita y porque según él hay una campaña en los medios para conseguir que país permita la apertura de casinos. Sin embargo, parece que es poco probable que la demanda prospere porque no hay evidencia sólida para respaldar que la reputación o inversiones del Príncipe hayan sufrido algún «daño serio».

El dinero de Al-Waleed bin Talal está distribuido en varias empresas, entre las que se encuentran Apple, Twitter y News Corporation del infame Ruppert Murdoch. En cuando a los lujos que se permite, destaca uno de los cambios que hizo en su Boeing 747: Un trono de oro en el centro del avión que ocupa siempre que viaja en la aeronave, nada que supere al avión del presidente.

Si Al-Waleed me convidara aunque sea el 1% de su fortuna, yo con gusto lo movería de posición para que empatara con Liliane Bettencourt, pero cómo sé que no lo va a hacer, que se siga retorciendo de la envida en su arrogancia e impotencia.