En China prevalece la creencia milenaria de que, si un hombre muere soltero, atormentará a sus parientes vivos. Y la única solución es recurrir a un tradicional ritual conocido como «boda fantasma«. Básicamente, los familiares del muerto se encargan de conseguirle una novia y organizar un matrimonio postmortem. Aunque actualmente es severamente castigado, hace algunos años en el mercado negro se produjo un auge en la demanda de cadáveres femeninos.
El origen de las bodas fantasmas.
Pocas cosas son más tristes que morir en completa soledad. Sin embargo, es la realidad que enfrentan muchas personas alrededor del mundo. Y para los chinos no solo es triste, también atrae la mala suerte. Desde hace cientos de años prevalece la creencia de que, si un hombre muere soltero, atormentará a sus parientes vivos provocando daños y estragos para apaciguar su insatisfacción. El único remedio es encontrar una novia para que haga compañía al muerto en el más allá. Pero no cualquier novia, tiene que ser una mujer muerta.
En el pasado, las bodas fantasmas requerían ceremonias idénticas a las que celebran las parejas vivas. Además de un gran banquete, se ofrecía abundante bebida a los invitados para amenizar el ambiente. Frecuentemente, la familia del novio muerto pagaba una dote a los familiares de la novia. Sin embargo, lo macabro de esta tradición sucedía al final de la ceremonia. Cuando exhumaban a la novia de su tumba para sepultarla junto a su nuevo esposo fantasma, un hombre al que nunca conoció en vida.
Prohibición de la tradición.
En los albores de 1950, el gobierno decretó que las bodas fantasmas eran ilegales. El objetivo era distanciar a los ciudadanos de algunas tradiciones poco productivas. Pero, el estigma de un hombre que muere sin casarse prevaleció junto a la enorme superstición de los familiares. Para acatar la ley, los chinos tuvieron que adaptarse y en lugar de una novia fantasma, construían una «novia de harina» para el recién fallecido. Básicamente, elaboraban pasta a base de harina de trigo que después moldeaban en el cuerpo de una mujer. Posteriormente, la maquillaban siguiendo la tradición de una boda cualquiera.
Bodas fantasmas y mercado negro en China.
Pero, como en cualquier sociedad, no todos se adaptaron a la norma. La macabra costumbre de las bodas fantasmas encontró sustento en el mercado negro. Tras el ascenso económico de China, muchas familias que antes no podían permitirse una boda fantasma ahora disponían de recursos suficientes para organizarla. La enorme diferencia es que ya no podían solicitar a la familia de una mujer muerta una unión de esta naturaleza. Ahora, tenían que recurrir a ladrones de tumbas para conseguir cadáveres de mujeres por los que pagaban hasta US$ 7 mil.
En 2013, cuatro hombres chinos fueron sentenciados a dos años de prisión por robar y vender diez cadáveres que les hicieron ganar más de US$ 40,000. También surgió el «oficio» de casamentero fantasma, gente sin escrúpulos que se ofrece para conseguir pareja a un hombre muerto. Estos buitres rondaban los hospitales para negociar con las familias en duelo la adquisición de los cadáveres de mujeres jóvenes.
Se volvió un negocio tan lucrativo que seis mujeres fueron asesinadas en 2006 para ser vendidas como novias fantasmas. Aparentemente, la tradición seguirá vigente algún tiempo más. «Hasta que la muerte nos separe» ya no parece una promesa tan relevante.