En la actualidad, la medicina proporciona a aquellos que la ejercen una especie de aura heroica. Después de todo, más allá del color de piel, credo o posición social, se dedican a salvar la vida de aquellos que solicitan sus servicios. Sin embargo, durante el régimen nazi muchos médicos terminaron transformándose en monstruos que catapultaron la práctica de la muerte comandada por Adolf Hitler a un nivel industrial.
La intervención de la profesión médica resultó sumamente importante en la ejecución del plan de purificación racial de tres etapas que había concebido Hitler: una esterilización forzada de los ciudadanos “problemáticos”, de forma también obligatoria la eutanasia para aquellas “vidas no dignas de la vida” y, para terminar, el exterminio de “razas inferiores” en campos de concentración.
¿En qué momento esos profesionales que debían guiarse por una conducta ética y moral bien definidas se convirtieron en asesinos? La seducción de Hitler hacia los profesionales de la salud se manifestó de muchas formas. Empezó ofreciendo a los médicos jóvenes buenos puestos de trabajo y jugosos salarios. Una parte de estos pasó a ocupar las vacantes dejadas por los médicos judíos vetados en la Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional, aprobada en 1933. En un país que sentía las consecuencias de la Gran Depresión, con índices de desempleo que rebasaban el 30%, muchos encontraron en estos puestos de trabajo un alivio inmediato.
Entre estos jóvenes médicos se encontraba Erich Hässler que, a los 34 años, sustituyó a Siegfried Rosenbaum como director del Hospital Infantil de la ciudad de Leipzig. Hässler moriría mucho tiempo después, a los 106 años, sin la más mínima señal de remordimiento. “Casi todos los pediatras en Leipzig eran judíos. No digo que fueran malos, pero se quedaron con nuestros empleos”, declaró el pediatra durante sus últimos años de vida en un comunicado para el documental Science and the Swastika (2001).
Los redentores.
Otro método empleado por el régimen nazi para reclutar médicos fue la concesión de generosas cantidades de dinero para sus investigaciones, sobre todo aquellas que tenían que ver con la eugenesia, una pseudociencia que tenía como objetivo perfeccionar a la raza humana a través de las leyes biológicas de la herencia. Por ejemplo, la Fundación Alemana de Investigación incrementó en un 1000% los recursos destinados a la investigación biológica en el periodo comprendido entre 1933 y 1938.
“Muchos médicos seguidores de la eugenesia tuvieron que adaptarse al feroz antisemitismo de los nazis”, dice Susan Bachrach, encargada del Museo del Holocausto en Washington D. C., Estados Unidos. “Al apoyar la persecución, a cambio les entregaron dinero para costear proyectos y buenas oportunidades de carrera”.
Pese a esto, los buenos empleos y los financiamientos generosos no son lo único que explica la participación de la disciplina médica en las atrocidades cometidas por la Alemania nazi. La verdad es que muchos profesionales de la salud, la mayoría de los cuales pertenecía a la clase media alemana, terminaron comprando la idea de una raza superior que les ofreció Hitler. “El Führer sostenía que la pureza de la raza aria estaba amenazada por los judíos y otros seres inferiores. Entonces, era necesario eliminar dichos peligros con el fin de fortalecer a la sociedad alemana”, dice Robert Jay Lifton, autor del libro The Nazi Doctors.
“Hitler les ofreció a estos médicos la oportunidad de integrarse a una élite que, según su entendimiento, comandaría una misión redentora. Es más, solía decir que la profesión médica era más importante para el Reich que todas las demás”.
A medida que el nazismo avanzó hacia un régimen totalitario extremo, la eugenesia se consolidó como una disciplina obligatoria en la formación de los profesionales de la salud. Al mismo tiempo, un número cada vez más grande de médicos ingresaba a las instituciones nazis, algunos por convicción y otros más por conveniencia. “Se suscitó un aumento en el que 45% de los médicos formaban parte del Partido Nazi”, dice Lifton. “Uno de los porcentajes más altos entre todas las categorías profesionales en la historia”.
Los verdaderos doctores que son héroes, no cobran grandes sueldos, no salen en el periódico, no tienen recursos para medicar correctamente a sus pacientes. Y la mayoría de ellos solo recibe pagos como pollos, maíz, frijol, arroz y cosas por el estilo.
Eran como los medicos del issste «donde si entras ya no saliste»
Pinchs doctores del imss estan sonriendo con tu post jaja buena info d todos modos
en la actualidad la ética profesional ha sido desplazada por el deseo de lucro desmedido, desde la implantación de las tesis de friedman y sus chicago boys la sociedad ha entrado en una descomposición moral que permea a todas las profesiones y clases sociales
«En la actualidad, la medicina proporciona a aquellos que la ejercen una especie de aura heroica. » ???????? En donde sucede eso. En Mexico, sucedio, en los 40 y 50. Ahora ni de chiste tiene esa aura. (y en otros paises como USA mucho menos)
Médicos Sin Fronteras, por ejemplo. Y es que «las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho». 😉