Los canguros figuran entre los animales más extraños de la naturaleza. Más allá de su peculiar forma de andar, la anatomía de sus genitales hace de estos marsupiales una especie única. A continuación, te presentamos cinco datos breves sobre los genitales de la especie Macropus antilopinus.
En el canguro macho, los testículos se encuentran por encima del pene y poseen una movilidad considerable. Esta característica anatómica la comparten con otras especies, como los conejos.
La hembra de canguro cuenta con tres vaginas: dos laterales y una al medio. Las primeras conducen a dos úteros y posibilitan la fertilización. Mientras tanto, la tercera vagina se destina exclusivamente al alumbramiento. La configuración está presente en todos los marsupiales, ese grupo de mamíferos que protege a sus crías en bolsas adjuntas al vientre. También koalas, wómbats y demonios de Tasmania.
Por en medio de las tres vaginas atraviesa el tracto urinario. Por lo que el canal de parto es extremadamente estrecho. Quizá, esta es la razón por la que la cría de canguro nace de forma tan prematura y es pequeñísima. Al nacer son del tamaño de una gragea de jalea y deben arrastrarse hasta la bolsa de su madre. Para el momento que alcancen la adultez habrán multiplicado su tamaño 40 mil veces.
A menudo, los canguros machos presentan penes bífidos para satisfacer el suministro de esperma en las dos vaginas de la hembra.
Como cuenta con un bolso y dos úteros, una hembra puede estar embarazada todo el tiempo. Mientras una cría se desarrolla al interior de la bolsa, un embrión en el útero espera su turno para que su hermano crezca y le ceda el lugar. De hecho, las hembras pueden alimentar simultáneamente a tres crías en diversas etapas de desarrollo. Una cría mayor que dejó la bolsa, otra que se desarrolla en el interior y una tercera que espera el nacimiento.