La liana de Borneo (Alsomitra macrocarpa), también conocido como pepino de Java, es una planta de las familias de las calabazas. Como su nombre lo sugiere, crece en los bosques de Java, Indonesia, y posee un método muy peculiar para diseminar sus semillas. Al interior de una vaina del tamaño de una pelota de fútbol, las semillas se almacenan en membranas individuales tan delgadas como el papel.
Dichas estructuras sirven como planeadores, de tal forma que al caer las semillas recorren cientos de metros del bosque circundante. Esto garantiza que la próxima generación de lianas crezca lejos de sus padres, lo que proporciona una ventaja para la especie. En 2009, la serie sobre historia natural de la BBC, Life, captó la hipnótica caída de las semillas desde una Alsomitra macrocarpa.
Esa vaina esférica contiene hasta 400 semillas individuales, cada una de las cuales se despega del árbol madre y planea en el viento. Este método de dispersión de semillas resulta vital para la liana, pues así evita que nuevas plantas crezcan cerca y no debe competir por los nutrientes del suelo y la luz solar.
Hace más de tres décadas Akira Azuma y Yoshinori Okuno, dos ingenieros japoneses, estudiaron a detalle la aerodinámica en las semillas de Alsomitra macrocarpa. Encontraron que la semilla presentaba un diseño tan preciso que adquiere un ángulo de descenso de apenas 12 grados. Esta propiedad llevó a que la forma de esta semilla inspirara el diseño de aeronaves.
A diferencia de otras «semillas aladas» que caen a una velocidad de 1 metro por segundo, las de esta planta presentan un descenso lento de apenas 0.4 m por segundo. Una vez que la semilla aterriza, la delgada membrana que la recubre se pudre para permitir su germinación. De esta forma, una nueva liana se levanta hacia el dosel buscando la luz del Sol.
Las semillas de la Alsomitra macrocarpa pueden alcanzar los 15 cm de ancho y hasta 0.3 gramos de peso. De hecho, figuran entre las semillas aladas más grandes producidas en la naturaleza. Pero, el espesor en las alas de la semilla apenas llega a los 10 micrómetros.
Por lo general, las semillas aladas aterrizan en regiones concéntricas de hasta 6 m de diámetro. Con la Alsomitra macrocarpa es diferente, pues las semillas pueden deslizarse en una línea relativamente recta a merced del viento, lo que les ayuda a caer mucho más lejos del árbol madre.
Si son ateos dirán: Increíble naturaleza!
Si son creyentes: Las maravillas de Dios!
Para ambos casos me parece algo increíble, la naturalez nunca deja de sorprenderme.