La rectoría Borley

Los eventos ocurridos en la rectoría Borley hicieron que el popular investigador paranormal Harry Price repensara su escepticismo. Según los locales, la rectoría Borley, en una región aislada y poco poblada situada en Inglaterra, manifestaba actividad paranormal en forma de sonidos de pasos y golpes inexplicables, además de la presencia del fantasma de una monja que solía pasearse por el césped del lugar.

Según la leyenda, este era el espíritu de una novicia que, siglos antes, fue emparedada en un monasterio que se situaba en el lugar como castigo por intentar escapar con un monje.

Por solicitud expresa de un periódico, Harry Price tomó el caso en 1929. Tras una primera visita, mientras entrevistaba a los habitantes y funcionarios de la localidad, pudo escuchar como las campanas de la parroquia repicaban solas, aunque habían sido puestas fuera de servicio desde hacía años. En los meses posteriores empezaron a aparecer garabatos en las paredes, aparentemente dirigidos a Marianne, la esposa de un reverendo de la región. Uno de ellos decía: “Marianne, por favor, ayúdame”.

En el año de 1937, Price decidió alquilar la parroquia durante un año y reclutó a un equipo de 40 personas para dedicarse a hacer una investigación exhaustiva. La mayoría de las veces no reportaron ninguna anomalía, pero algunas veces afirmaron haber visto luces extrañas, objetos moviéndose solos y, otra vez, el fantasma de la monja. Los extraños recados dirigidos a Marianne siguieron apareciendo en las paredes.

En 1939 la parroquia fue totalmente incendiada, supuestamente debido a una lámpara en la biblioteca. Cuatro años más tarde, en una serie de excavaciones en el lugar se localizó un maxilar que había pertenecido a una mujer y dos medallas religiosas. Todavía en 1943, Prince testificó la forma en que un ladrillo flotaba entre los escombros (fotografía arriba). Llegó a escribir dos libros sobre el caso, pero jamás logró solucionarlo.