La Oreja destaca en la oscura historia de la televisión mexicana como una pesadilla imborrable en la mente de aquellos pobres desgraciados que presenciaron “el evento”. Este programa de entretenimiento, transmitido desde el 2002 hasta el 2009 por el el Canal de las Estrellas, no solo se centraba en el periodismo de espectáculos. Poco a poco se convirtió en un fenómeno que desató el pánico y la intriga en todo el territorio mexicano.
Al principio, La Oreja seguía el formato típico de los programas de farándula. Ofrecía notas jugosas sobre la vida privada de las celebridades más aclamadas de la época. Mientras tanto, los presentadores debatían y discutían estas noticias, invitando a la audiencia a sumergirse en el chisme y las controversias. Sin embargo, un experimento conducido en el año 2004 transformó a este programa en algo único y aterrador. Por aquella época, la audiencia estaba en su punto más alto.
Los mensajes SMS y “el evento” de La Oreja.
Los productores permitieron que los televidentes enviaran SMS desde sus rudimentarios teléfonos celulares. Mismos que se mostraban en la parte inferior de la pantalla por un breve lapso. La idea era crear una interacción en tiempo real entre el público y los presentadores, manteniendo el interés en las noticias. Aunque existía un filtro para evitar contenido ofensivo, lo que ocurrió a continuación desafió toda explicación.
Entre los meses de julio y septiembre de 2004, comenzaron a llegar quejas escalofriantes. Algunos espectadores experimentaron una profunda incomodidad y ansiedad después de ver ciertos mensajes fugaces que aparecían en pantalla. Estos mensajes, en apariencia inofensivos y aleatorios, dejaban una huella oscura en la mente de quienes los veían. Pero lo más escalofriante era lo que ocurría después.
Algunos informaron de episodios de amnesia breve que los dejaban desorientados y sin recuerdos de sus acciones. Otros mencionaron encontrarse fuera de sus hogares o en calles desconocidas, como si hubieran sido víctimas de sonambulismo inducido por algún poder sobrenatural.
El programa, lejos de hundirse en el caos, se convirtió en un imán para los amantes de lo paranormal. La audiencia buscaba “cazar” las elusivas frases ocultas y descifrar su misterioso significado.
La Oreja y los eventos paranormales.
Sin embargo, un último evento arrojaría una sombra aún más tenebrosa sobre La Oreja. Un joven de la región centro del país amenazó con demandar a Televisa. Alegando que su madre sufría “graves secuelas psicológicas” después de ver un episodio del programa. Según el relato del joven, la señora estaba viendo el programa en horario estelar cuando de repente emitió un grito de terror y comenzó a destrozar su propio rostro con las uñas. Murmurando frases incomprensibles como “quiere que vaya, no dejes que me atrape”.
Cuando le preguntaron a qué se refería, solo pudo mirar hacia la pantalla, que mostraba el rostro de Juan José Origel junto a un mensaje de texto indescifrable en la parte inferior. Aunque algunos desestimaron el incidente como oportunismo, otros testigos afirmaron presenciar la misma imagen aterradora. Algunos incluso alegaron que sus familiares desaparecieron misteriosamente ese día, sin dejar rastro. La paranoia se apoderó de la audiencia, generando teorías paranormales y leyendas urbanas que rodearon al programa.
A pesar de que nunca se verificó la veracidad de estos eventos ni hubo demandas formales contra la televisora, el escándalo llevó a los directivos a tomar una decisión drástica. Eliminaron los mensajes de texto, alegando preocupaciones sobre el uso del servicio. Además, reformularon el programa para evitar el caos y la negatividad.
La verdad tras el evento de La Oreja permanece como un enigma que acecha en las sombras de la televisión mexicana. Una historia de terror que perdura en la memoria de quienes vivieron este inquietante capítulo de la historia televisiva. ¿Se trató de un experimento fallido o algo más siniestro se escondía detrás de esos mensajes fugaces? La respuesta, al igual que las palabras en pantalla, se mantiene indescifrable.
Sin marcianada y meses sin creepypastas… una pena, creo que eran dos puntos fuertes del blog; los jueves de misterio tmb se extrañan.
Saludos Hery
ja, ja, ja, que buen pasón se pusieron los que escribieron este post!
Todo tiene una explicación lógica, los que ven esos «programas» mentalmente se fueron deteriorando hasta quedar igual que lo que esta en la pantalla de mal.
Yo recuerdo que una vez, hicieron zoom a la papada dela Gordillo, y me entraeon ganas de vomitar.
Tenía como 10 años en ese entonces.
Nunca escuché nada sobre eventos paranormales alrededor de La Oreja.
El programa en si ya era suficientemente traumático para mi, no era necesario meterle mas.
que vas a escuchar, si es un creepypasta, osea algun niño se lo invento y eso es todo