La maldición de Tutankamón

Las leyendas y mitos que rodean a las pirámides atraen a muchas personas y refuerzan el misterio que rodea a la antigua cultura egipcia. Este misterio se puso en marcha con la fiebre de las excavaciones y expediciones arqueológicas que tuvieron suceso en las ciudades del antiguo Egipto. En 1923, un grupo de investigadores acogió con satisfacción el descubrimiento de la tumba de un faraón, con más de 3000 años de existencia.

Tutankamon

Se trataba del legendario faraón Tutankamón, su momia fue hallada junto con artefactos de oro, vasija llenas de granos y una inscripción egipcia que prometía la muerte para todos aquellos que perturbaran el sueño del faraón. A pesar de su tono amenazante, este y otras advertencias fueron incapaces de poner remedio a la codicia de los saqueadores de tumbas que violaron el descanso de varias otras momias.

En medio de tantas leyendas, el arqueólogo Howard Carter decidió viajar a la región del Valle de los Reyes en busca de los artefactos que pertenecieron a algún faraón egipcio. Arribó al sitio en 1916, el equipo dirigido por este investigador ignoro las advertencias que decían que era imposible encontrar un tesoro arqueológico entre las muchas excavaciones sin terminar. Seis años más tarde, Howard no había logrado todavía encontrar pistas sobre el desconocido rey egipcio que fue enterrado allí.

Obsesionado con sus hipótesis, trató de organizar una última excavación en una región ocupada por unas cuantas chozas. Después de retirar la obra de construcción rudimentaria, las primeras excavaciones se encontraron con el hallazgo de una escalera. Unos días más tarde, el equipo de Carter se dio cuenta de que era un acceso a un pasaje bloqueado. Ese descubrimiento desató una actividad más intensa en el sitio, poco después, descubrieron un corredor que daba acceso a otra puerta.

La puerta tenía un sello visiblemente roto y reconstruido posteriormente. Esta evidencia mermó las expectativas de Howard Carter de encontrar un tesoro arqueológico intacto. Después de superar el obstáculo de una último puerta, el equipo de arqueólogos se encontró con una habitación llena de artefactos de gran detalle y un trono cubierto de oro. En esta sala se reveló otra puerta donde, a través de una brecha, se daba paso a una nueva habitación.

TUMBA TUTANKAMON

Después de estos descubrimientos, Carter tuvo la astucia de cerrar el acceso a ese lugar y tirar un montón de escombros en el camino para acceder a la escalera. Meses más tarde, recolectó una mayor cantidad de recursos y expertos para trabajar en el gran hallazgo. Volviendo a la primera habitación, retiró y catalogó todos los objetos. Esta vez, la segunda habitación fue abierta y allí se encontró cara a cara con una urna enorme que ocupaba casi todo el espacio del lugar.

En casi tres meses de trabajo fueron retiradas tres urnas más pequeñas depositadas en el interior de la urna más grande. Dentro de la última urna se descubrió un pesado sarcófago de piedra. Luego de contar con la ayuda de una grúa para sacar la piedra superior, Howard Carter sacó un velo de lino que cubría una máscara funeraria hermosa hecha de oro, cristal y piedras de colores, y un ataúd con la forma de un cuerpo. Después de esto, dos capas adicionales de máscaras y ataúdes fueron retiradas del interior del sarcófago.

tutankamon descubierto

Después de tantos obstáculos, el equipo de arqueólogos finalmente vio el cuerpo del faraón Tutankamón quemado y endurecido por las resinas utilizadas en su proceso de momificación. El descubrimiento arqueológico más importante de la época se logró después de años de dedicación. Sin embargo, la riqueza descubierta reavivó los rumores de la famosa maldición de Tutankamón. La primera vez que se descubrió la escalera, el canario de Carter fue devorado por una cobra, indicando un primer mal presagio.

Al momento en que la tumba fue descubierta, el empresario Carnarvon – quien financiaba el equipo de Carter – fue uno de los primeros en conocer el sarcófago. Poco después, el empresario tenía una herida infecciosa causada por la picadura de un mosquito. La fiebre finalmente lo llevó a su muerte en pocos días. Antes de morir, le dijo a su hermana que Tutankamon lo había convocado. En el día de su muerte, el perro del empresario fue víctima de un rayo.

H. Carter -  Tutankamon

La noticia de la muerte de Lord Carnarvon agitó el mundo esotérico y supersticioso acerca de las maldiciones que la tumba de los faraones. Después de lo ocurrido, Arthur Mace – un miembro del equipo de Carter – murió repentinamente en el mismo hotel donde Carnavon pasó sus últimos días. Joel Woolf, dueño de las primeras imágenes de Tutankamón, y Richard Bethell, secretario de Carter, también murieron en circunstancias no aclaradas. Esa misma coincidencia fatídica se unió a la hermana y esposa de Carnarvon.

Durante seis años después del descubrimiento, treinta y cinco personas vinculadas al descubrimiento de la momia de Tutankamón murieron en circunstancias misteriosas. Para combatir las leyendas y explicaciones sobrenaturales, los científicos publicaron la hipótesis de que algunas sustancias venenosas u hongos tóxicos fueron creados en la época para que nadie profanara los depósitos de los cadáveres. Otros llegaron a decir que los egipcios ya conocían la energía nuclear y que habrían depositado uranio en las tumbas.

Durante el siglo XX, el revuelo que causo la maldición de las tumbas perdió su fuerza gracias a otros descubrimientos arqueológicos. Aunque las explicaciones científicas sobre las tragedias eran plausibles, la sucesión de tantas muertes no pueden ser explicados satisfactoriamente como meras casualidades. Los desconocido todavía cubre este episodio.

6 comentarios en “La maldición de Tutankamón”

  1. Que Howard Carter muriera a una edad avanzada siendo el primero en ingresar a la camara y por ende el desencadenante de la «maldición», echa por tierra cualquier mito sobre la misma.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *