Tutankamón es, probablemente, uno de los faraones más famosos del Antiguo Egipto. Irónicamente, la mayor parte de esta fama no proviene de sus habilidades administrativas. Si no de la variedad y cantidad de artefactos localizados en su tumba. Por ejemplo, el descubrimiento más reciente tiene que ver su daga de hierro dorada, un arma construida a partir de los fragmentos de un meteorito.
Tutankamón ascendió al trono cuando todavía era muy joven, y sería el último gobernante de la 18ª dinastía egipcia. En su tumba, descubierta hace más de cien años, se localizaron alrededor de 5 mil artefactos que hasta nuestros días son objeto de análisis. Esta daga dorada de hierro es uno de los pocos objetos construidos con ese metal. Según los arqueólogos, en la época que gobernó Tutankamón el hierro se consideraba un símbolo de alto estatus en la sociedad.
La daga dorada de origen extraterrestre.
Hace seis años, un estudio examinó la composición de la daga y detectó rastros elevados de níquel en metal principal. En la Tierra, los rastros de níquel no suelen superar el 4%, por lo que la cifra del 11% estimada en la daga dorada de Tutankamón sugería un origen extraterrestre. Probablemente, construida a partir de los restos de un meteorito.
A últimas fechas, personal del Instituto Tecnológico de Chiba, en Japón, retomó la investigación y obtuvo una imagen en alta resolución de la daga. Además de los rastros de níquel y cobalto detectados en la investigación previa, los japoneses encontraron cloro, azufre, calcio y zinc en forma de pequeñas manchas negras sobre la hoja.
La presencia y distribución de estos elementos, un fenómeno conocido como patrón Widmanstatten, regularmente se observa en los meteoritos de hierro. Mejor aún: los investigadores estimaron que el metal que compone a la daga se forjó a una temperatura relativamente baja de 950 °C. Y es que las regiones oscurecidas presentaban bajas cantidades de azufre. El artículo con todos los detalles se encuentra en Meteorites and Planetary Science.