¿Un patriota mexicano o un vicioso sin control? La respuesta depende de a quien le preguntes, pero una cosa es cierta, Joaquín Murrieta se convirtió en una figura brillante y romántica del folclore heroico hispano. Tal y como lo hacía Robin Hood, Murrieta pasaba sus días cobrando venganza sobre las fechorías de blancos corruptos, valiéndose del mismo crimen para vengarse de los colonos que habían lastimado a sus familiares y cometido actos injustos contra sus compatriotas mexicanos.
Es inevitable cuestionarse si el Zorro era un auténtico héroe o simplemente un bandido sediento de sangre y destrucción. Sin embargo, la historia solo tiene una leyenda.
Se cree que nació en la comunidad de Álamos, Sonora, México, o posiblemente en la comuna de Quillota, en Chile allá por el año de 1829. Murrieta habría viajado hasta California en 1850 acompañado de su joven esposa Rosita y un hermano llamado Carlos en busca de fortuna. No olvidemos que esta época fue conocida como la fiebre del oro, y miles de personas iban hacia el oeste para hacerse con un pedazo de cielo. A su llegada a California, los tres inmigrantes se establecieron en una granja y los dos hermanos empezaron a trabajar en una ciudad cercana. Con apenas 21 años, Murrieta ya había iniciado su ascenso hacia una vida llena de felicidad y prosperidad.
Una historia sobre el racismo.
Pero, para la desgracia de la familia Murrieta, ese mismo año entró en vigor el Foreign Miners Tax, un impuesto especial a mineros extranjeros en el estado de California, y sus vecinos blancos les dijeron que era ilegal mantener cualquier derecho sobre la explotación del oro. De hecho, no solo les dijeron sino que hacían visitas frecuentes a la granja para amenazar a los Murrieta y exigirles que dejaran de forma inmediata aquellas que consideraban “tierras americanas”. Los hermanos decidieron ignorar estas amenazas en la medida de lo posible, pero cada vez les resultaba más complicado salir adelante en un territorio tan hostil.
Una tarde, los vecinos blancos de los Murrieta perdieron la cordura y decidieron que los extranjeros debían aprender una lección. Un grupo de hombres armados atacó la pacifica granja de la familia. Colgaron a Carlos de un árbol cercano y la banda entera violó a Rosita ante la impotente mirada de Joaquín, finalmente la mataron cortándole la garganta. Joaquín Murrieta sobrevivió y buscó la justicia por medios legales, pero le informaron que los mexicanos no tenían derecho a presentar cargos contra un hombre blanco.
La venganza de “El Zorro”.
Eso fue suficiente para provocar una gran indignación en Joaquín, que decidió vengarse con mano propia de todos aquellos que habían torturado y asesinado a su familia. Procurando justicia fuera de la ley, organizó una banda conocida como los “Cinco Joaquines” que le ayudarían a ajusticiar a seis de los culpables en cuestión de meses. Una vez que sació su sed de venganza, Murrieta y compañía se dirigieron a las montañas en busca de más aventuras.
En la época de la fiebre del oro que se desató sobre las montañas de Sierra Nevada, el oeste salvaje era el único estilo de vida conocido. La banda de Murrieta encontró tierra fértil para seguir cometiendo actos vandálicos entre un racismo desenfrenado y una profunda corrupción. Joaquín y su banda de rufianes, incluido un personaje apodado “Jack tres dedos” hacían de todo para ganar dinero: robaban bancos, trenes y asesinaban a cualquiera que se interponía en su camino, especialmente estadounidenses blancos y asiáticos. Con artilleros a sus espaldas, los bandidos fueron capaces de evadir la justicia durante varios años, matando a tres representantes de la ley en el proceso.
Cuando la travesía por los campos del oro se volvió un suicidio debido a la ferocidad de los Cinco Joaquines, el Gobernador de California decidió tomar cartas en el asunto (sobre todo por la anarquía general en la que se había sumido el estado) creando un grupo de hombres al que llamó «Rangers de California«, comandados por un ex Ranger de Texas llamado Harry Love. Una recompensa de $5,000 fue puesta sobre la cabeza de Murrieta, y los rangers iniciaron su travesía para dar con el paradero de los Cinco Joaquines y cobrar la recompensa.
Nace una leyenda.
El 25 de julio de 1853, los rangers se encontraron con el grupo de mexicanos forajidos cerca del paso Panoche en el condado de San Benito, la misma área donde se sabía que Murrieta solía pasar sus días. Se suscitó un largo tiroteo y dos mexicanos fueron muertos, uno de los cuales se creía era Murrieta y el otro su brazo derecho, Jack tres dedos.
Para demostrar que habían realizado la encomienda con éxito, los rangers cortaron la cabeza de Joaquín y la preservaron en un tarro de whisky. Diecisiete personas, incluido un sacerdote, firmaron declaraciones asegurando que esa cabeza pertenecía a Joaquín Murrieta y los rangers cobraron su esperada recompensa.
Aquel sangriento trofeo inició un recorrido por California y fue exhibido ante la mirada de los curiosos en lugares como Stockton, San Francisco y los campos mineros del condado de Mariposa. Los rangers siguieron haciéndose ricos con la muerte de Murrieta, cobrando a cada morboso US$ 1 por apreciar los restos del infame forajido mexicano. Pero había un problema: una mujer que aseguraba ser la hermana de Joaquín dijo que esa cabeza no era la de su hermano y que había sabido de testigos que lo vieron después de la batalla. Fuera verdad o no, estos rumores sembraron la semilla de la duda en muchos pobladores.
Un personaje heroico.
Pese a su anarquía, Murrieta fue conocido por haber sido un hombre amable con sus compatriotas mexicanos, y por qué a menudo el dinero que tomaba de los blancos ricos lo entregaba a los inmigrantes pobres, quienes a su vez lo protegían de la ley.
Con el paso de los años, Joaquín Murrieta se hizo conocido como el Robin Hood de El Dorado y simbolizó la resistencia de los mexicanos ante la dominación blanca de California. En cuanto a su cabeza cercenada, finalmente la colocaron en el fondo de la barra del Golden Nugget Saloon en San Francisco, donde se mantuvo en exhibición hasta que pereció en un gran terremoto en 1906.
La wiki dice:
«Nacimiento 1829
Bandera de México Hacienda Real del Alamito,1 en Sonora.»
«Origen y familiares
Murrieta, un héroe chileno caballeresco, es un personaje trágico y romántico de la lucha del oro en California.
El primero en escribir sobre la historia de Murrieta fue el periodista John Rollin Ridge,9 aunque compuso su novela apelando a algunas otras historias que nada tenían que ver con Joaquín. En 1862, Roberto Hyenne pasa la obra al francés, incluyéndole modificaciones e invenciones propias. De acuerdo con Carlos López, es en la versión al español hecha por el chileno Carlos Morla donde se varía la nacionalidad de Murrieta, cambiando todo lo que decía «México» por «Chile»; lo comprueba comparando las ediciones en francés y en español. Es así como surge el mito del Murrieta chileno, cuando la realidad es que nunca existió dicho personaje de origen chileno.»
Joaquin Murrieta nació en Trincheras, Sonora, Mexico
Existe una asociación internacional de descendientes de Joaquin Murrieta, yo vivo en Puerto Peñasco, pero mi familia es de Trincheras y pues todos resultamos siendo parientes a lo que veo.
No era chileno era mexicano nacido en trincheras Sonora yo soy decendiente directo de él por parte de mi madre
Orale. es neta? Podrías dar mas información sobre tu pariente.
Así es, Joaquín Murieta era chileno.
Falso, era mexicano.
Apreciaban la cabeza
del temible forajido
y a ese roto chileno
ellos le hicieron bandido.
Vio ultrajar a su esposa
y la matanza
y así Joaquín Murieta
juró venganza.
Juró venganza, sí
choco y güen pingo
y asoló California
volteando gringos.
Y así el roto minero
fue bandolero.
Lo que los gringos no sabían
que esa cabeza que el bar alberga
eran de un vato que no conocían
porque Murieta, no tenían ni la cabeza de la V3rga.