Los Darwin Awards son premios a la estupidez. Un galardón que conmemora a «esos que mejoran nuestra herencia genética, eliminándose a sí mismos de la manera más espectacular posible». Entre los cuatro “ganadores” de este año figura el caso de un japonés que resbaló, cayó y murió mientras transmitía en vivo desde la cima del monte Fuji. La tragedia sucedió el 28 de octubre de 2019, lejos de la temporada oficial de escalada.
La tragedia de Tedzu.
El video, que originalmente se transmitió en un sitio de streaming llamado Niconico, mostraba la travesía de un hombre de 47 años de edad llamado Tetsu Shiohara (alias «Tedzu») en el famoso pico japonés. A unos cuantos metros de alcanzar la cima el sujeto dice «esta parte es peligrosa» e instantes después pierde el equilibrio.
Los últimos instantes de vida de Tedzu quedaron registrados en una transmisión en vivo titulada «vamos al monte Fuji nevado», cuyos últimos segundos están disponibles en YouTube.
El reglamento sólo permite la escalada del monte Fuji en verano, estación en la que el calor derrite la nieve revelando los senderos y permite la apertura de las cabañas. En esencia, el gobierno japonés prohíbe escalar el monte Fuji fuera de esta época, pues se trata de una ruta extremadamente peligrosa que puede resultar mortal al más mínimo descuido.
Aunque en transmisiones anteriores Tedzu llegó a escalar varias veces en monte Fuji el año pasado, nunca lo hizo fuera de temporada. Su poca experiencia, las condiciones climáticas adversas y ese deseo irracional de priorizar la transmisión de video por encima de su propia seguridad lo hicieron merecedor de un Premio Darwin bajo el título de «Pináculo de estupidez«.
El irónico galardón se acompañó de una reseña en el sitio web de los Premios Darwin, un proyecto dedicado a reconocer a todas esas personas que encuentra su final de «una forma extraordinariamente estúpida».
Pináculo de estupidez.
Tedzu sería el primer japonés en recibir un Premio Darwin, un honor que se ganó a pulso por la «falta de equipo adecuado, inexperiencia en la escalada y la falta de un paquete de sentido común».
En la transmisión, Tedzu se quejó varias veces de que sus dedos estaban muy fríos, lo que sugiere que sus guantes no le ofrecían protección térmica adecuada. Además, aparentemente recorría el pico rocoso cubierto de nieve sin crampones, apoyándose solamente en dos bastones de senderismo para mantener la estabilidad.
También especificó que filmaba con su smartphone, a pesar del dolor que sentía en los dedos, aspecto que fue debidamente comentado en la reseña de los Premios Darwin:
Siguiendo los comentarios en las redes sociales mientras hacía malabares con los bastones de senderismo y el teléfono inteligente entre sus guantes congelados, Tedzu es un caso clásico de prioridades equivocadas cuando asegura que, a pesar de sentir entumidos los dedos, debe seguir con la transmisión en vivo.
El monte Fuji es el pico más alto de Japón, con una cumbre que se eleva 3,776 metros sobre el nivel del mar. Desafortunadamente, muchos escaladores subestiman la dificultad de escalar este pico, incluso sin el trabajo adicional de tener que transmitir el evento en vivo para toda una audiencia a través de un teléfono inteligente.
Aunque la muerte de Tedzu es un evento trágico, la mención en los Premios Darwin sirve como recordatorio de que jamás se deben subestimar las recomendaciones de un lugar peligroso.
Todo sea por satisfacer a la sociedad del entrenamiento.
Ojalá y podamos realmente avanzar como humanidad algún día.
Unos días atrás alguien pensaba en que la selección natural y/o evolución podría ir eliminando algunas aristas al problema de la estupidez, como en este caso… bien, ayudó eliminando uno.
Pero se reproducen más rápido de lo que es conveniente. 🙁