Hydnora africana, una planta única

Además del aspecto poco común, la flor de la Hydnora africana exhala un hedor parecido al de las heces para atraer insectos. Seguramente, si llegas a encontrarte con una de estas cosas en el medio del camino, pensarías en cualquier cosa, menos en que se trata de una flor. Les presentamos a la Hydnora africana, una especie más que peculiar que generalmente se localiza en el sur de África.

Además de su aspecto exótico, lo que hace que esta planta sea una de las más extrañas de todo el mundo es que en realidad es una planta parasita, es decir, depende de otras plantas para subsistir. Por este motivo, sus tallos y raíces se encuentran bajo tierra, siendo únicamente su flor la que sobresale en la superficie.

Como si esa apariencia extraterrestre no fuera lo suficientemente curiosa, la flor, que se divide en tres “pétalos” carnosos de un tono anaranjado, tiene una esencia muy particular. ¡HECES! Así mismo, las flores de la Hydnora africana despiden un olor parecido al de las heces que, aunque no parezca algo interesante para nuestras narices a menos que se practique la coprofagía, es el deleite y la perdición de los insectos – como los escarabajos – que incluso llegan a pasar algún tiempo alimentándose aquí.

Estos insectos tienen un papel fundamental en la polinización de la planta. Luego de que la flor brota de la tierra, esta separa discretamente sus partes, formando orificios que permiten la entrada de los insectos. Atraídos por el olor, ingresan a la flor y se quedan allí alimentándose durante un tiempo, suficiente para que el abundante polen de la planta cubra sus cuerpos. Cuando la flor termina de separar sus pétalos, salen y polinizan otras flores.

Aunque desde hace muchos años ya se sabía de su existencia, la Hydnora africana fue permanentemente clasificada como hongo debido a su actividad parasitaria, pero luego se descubrió que se trataba de una planta con flores y frutos. Cada flor tiene millares de diminutas semillas y como algunas aves y mamíferos se alimentan de esta, también contribuyen a garantizar la continuidad de la especie.

Una docena de estas para la suegra.