Lo que algunos expertos apodan la “Gran Renuncia” es un fenómeno paradójico. Mientras las últimas cifras revelan una mejoría notable en la economía estadounidense, el país hace frente a una cifra récord de renuncias laborales. Afortunadamente, el acervo sobre psicología organizacional ayuda a comprender y justificar dicha tendencia.
El desempleo en los Estados Unidos alcanzó cifras récords en 2020, al inicio de la pandemia. Y la evolución de dicho parámetro sirve como referencia para evaluar el grado de recuperación económica. Cada semana, analistas y organizaciones oficiales esperan ansiosamente los informes sobre solicitudes de prestaciones por desempleo.
El comienzo de la Gran Renuncia.
Después que la Organización Mundial de la Salud declarara a la Covid-19 como pandemia, el desempleo se disparó en este país. Entre febrero y abril de 2020, el número de desempleados saltó de 5’717,000 a 23’109,000. Para junio de 2021, la tasa de desempleo retrocedió a 5.9%: correspondiente a 9.3 millones de personas. 850 mil menos que el pasado mes de mayo.
Se consideraría una clara señal de mejoría, pues está muy por debajo del 14.8% registrado en abril de 2020. Sobre ese cambio en el informe del mes pasado, Joe Biden no titubeó en referir los cambios en la dinámica de poder del mercado. “La fortaleza de nuestra economía contribuye a invertir el panorama. En lugar de que los trabajadores compitan entre sí por puestos de trabajos escasos, los empleadores compiten entre ellos para ganar empleados”, señaló en una conferencia de prensa.
Pero, una imprevisible tendencia laboral apareció en el escenario estadounidense: las renuncias. Tan sólo en abril, mes en el que el número de reclamos por prestaciones de desempleo alcanzó los niveles más bajos desde el comienzo de la pandemia, cuatro millones de estadounidenses renunciaron a su trabajo. A esta escala, dicho fenómeno no se observaba desde el 2000.
Es aquí donde surge la pregunta: ¿por qué tantos estadounidenses están renunciando a sus trabajos? Según los expertos, la respuesta está directamente relacionada con la pandemia. Anthony Klotz, investigador especializado en psicología organizacional, analizó lo que se conoce como la “Gran Renuncia”. Este fenómeno se caracteriza por un reacomodo en el mercado laboral, donde un gran número de trabajadores, por diversos motivos, abandona su empleo.
Aunque las razones son específicas para cada individuo, Klotz resume en cuatro puntos lo que sucede en Estados Unidos. Justo en una época donde el país se prepara para ingresar al período post pandemia.
Principales factores que propiciaron la Gran Renuncia.
Lógicamente, la primera explicación tiene que ver con aquellos trabajadores que ya planeaban renunciar antes de la pandemia. Sin embargo, por razones de seguridad, prefirieron conservar su trabajo. “El número de renuncias en Estados Unidos entre 2015 y 2019 muestra un crecimiento consistente. Pero, la tendencia se frenó drásticamente en 2020. Esto tiene sentido dada la incertidumbre de la pandemia. Aunque deseaban irse, las personas optaban por mantener sus trabajos”, señaló Klotz.
Las estimaciones apuntan a que, en 2020, Estados Unidos registró seis millones de renuncias menos de las esperadas. Pero, a medida que la situación mejora gracias a la vacunación, el escenario laboral es más favorable para los que buscan el cambio.
Cansancio laboral.
Simultáneamente, el “cansancio del trabajo” también contribuiría al fenómeno. “Gracias a varios levantamientos de datos, sabemos que cuando los individuos se sienten agotados en el trabajo, es más probable que renuncien”, explica el científico. “Sucede con muchos trabajadores esenciales, pero también con individuos que trabajan desde casa y buscan equilibrar las actividades laborales y familiares. Estas personas experimentaron un alto grado de agotamiento durante la pandemia”.
Por estas épocas, las estadísticas apuntan a que tenemos más trabajadores “agotados” de lo habitual. Para Klotz, la única solución a este problema serían unas buenas vacaciones. Un “descanso” que no siempre es posible, pero se puede obtener con la renuncia.
Epifanías.
Anthony Klotz también identificó los momentos de revelación o epifanías como justificantes de la Gran Renuncia. Esto sucede cuando un individuo atraviesa una situación que le provoca el deseo de renunciar, aunque esté feliz con el trabajo. Puede ser una solicitud de ascenso rechazada o la negación de un aumento al salario.
“La pandemia nos impactó de tal forma que tuvimos que reevaluar nuestras vidas. Algunos asimilaron que desean pasar más tiempo con sus seres queridos. Otros sienten que el trabajo no resulta tan importante como creían. Y también están aquellos que quieren emprender su propio negocio”, señala el experto en psicología organizacional.
Klotz resume este fenómeno de la siguiente forma: “muchas personas plantean cambios en sus vidas que requieren un cambio de carrera”.
El trabajo a distancia.
El otro punto tiene que ver con la adaptación (y preferencia) de los trabajadores al modelo de trabajo a distancia. Aunque, si las expectativas se cumplen y la pandemia es controlada, las empresas requerirán el retorno a las oficinas. Esta disonancia entre empleadores y empleados llevó a muchos profesionales a abandonar sus puestos de trabajo. Principalmente para buscar una opción que se ajuste a sus preferencias.
“Como humanos, poseemos la necesidad fundamental de disfrutar de autonomía. El trabajo a distancia permite organizar el día a conveniencia. Además, ofrece mucha más flexibilidad que la oficina”, explica Klotz. Así, mucha gente no quiere perder esta libertad. Muchas personas renuncian para buscar trabajos que se ajusten a un modelo híbrido o de actividades remotas.
Hace poco, Microsoft elaboró un estudio internacional sobre el tema. Se encontró que 7 de cada 10 trabajadores quieren que sus empresas mantengan la opción del trabajo a distancia. Mientras tanto, casi la mitad de los entrevistados confesó que pretende cambiar su lugar de residencia pues ya no necesitan desplazarse a la oficina.
Simultáneamente, en las empresas se observa una mayor disposición a contratar trabajadores bajo este modelo. En un artículo publicado por la BBC, señalan que Linkedin quintuplicó la publicidad referente al trabajo a distancia. Esto sucedió a partir de mayo de 2020. Los sectores que lideran esta oferta son el de medios y comunicación, seguidos de cerca por la industria del software y tecnología.
La valorización del trabajo.
Finalmente, existe una última justificación para la fiebre de renuncias que atraviesa Estados Unidos. Se trata de la valorización de los trabajadores como consecuencia directa de la pandemia. De hecho, un porcentaje considerable de las renuncias se produjo en los sectores de hostelería y restaurante. Por eso, durante la reapertura económica los empleadores tuvieron que ofrecer mayores prestaciones e incrementos salariales para cubrir las vacantes.
“Existe una amplia rotación en trabajos mal pagados, donde los trabajadores no poseen perspectiva de crecimiento profesional. Si un trabajador no encuentra un empleo con un salario mayor, cambiar no implicará perdida alguna”, explicó la economista Julia Pollak.
Por otro lado, Anthony Klotz señala el desempeño positivo que tuvo la economía como factor de empoderamiento para los obreros. “Existen muchas oportunidades laborales disponibles en la actualidad. Por eso, tratándose de trabajadores es algo bueno porque tienen opciones”, finalizó.
La gente renuncia porque no somos valorados, somos explotados, mal pagados. La gente dice que a partir del virus inventado se dió cuenta de eso pero no es cierto, esto viene de hace tiempo. Te das cuenta que realmente el trabajo no es más importante que tú vida. No es necesario estar encerrado en una oficina durante 8 ó 10 horas cuando realmente tú trabajo lo haces en 4 ó 5 horas, las demás horas / tiempo se pierde, pierdes tú vida, pierdes tiempo que nunca será recuperado y que pudiste aprovechar en cualquier otra cosa que no sea estar sentado en un escritorio, platicando con «compañeros» del trabajo, en el café, etc., esperando a que sea la hora de salir de esa «cárcel» en lugar de hacer lo que quieras, ejercicio, aprender otro idioma, estar con tú esposa e hijas / hijos, amigos, aprender a tocar algún instrumento. Los dueños de las empresas son los que sí viven así pero no necesitas ser el dueño de una mega-empresa para disfrutar la vida. Antes en México se veía impensable que la gente trabajara desde un lugar que no fuera su oficina, se logró gracias a un virus inventado y ahora parece ser que quieren regresar a la gente a encerrarla en los edificios, fábricas, etc. Claro hay trabajos en los que la gente si es indispensable que se presente en cierto lugar pero aún así la gente está prefiriendo vivir sin estar encerrados. A ver cómo termina todo esto. El punto a favor de las empresas que se están quedando sin gente es que somo un chhhhingo de gente y mucha de ella no tiene trabajo y son lo que cubrirán las vacantes.
Coincido en varias cosas, pero sobre todo en que la gente se dio cuenta que en la vida hay mas cosas que el trabajo, que se puede trabajar sin estar todo el día, todos los días encerrados y que de todos modos el mundo funciona, eso aunado a que tarde que temprano alguien se enfermó o falleció y de un rato para otro las empresas sustituyeron a la persona que dio la vida por la empresa y como si nada lo superaron, mientras que la familia no, en ellos no hay quien «llegue a suplir».