Flor conservada en ámbar surgió mucho antes que los dinosaurios

Popularmente conocidas como Buckthorn, las ramnáceas (Rhamnaceae) son una familia de plantas dicotiledóneas en las que se incluyen más de mil especies alrededor del mundo. Son tan antiguas que ya florecían aquí 50 millones de años antes de que los dinosaurios vagaran por la Tierra. Este hallazgo es parte de un estudio publicado el pasado martes en Trends in Plant Science.

Flor conservada en ámbar Rhamnaceae(1)
Perteneciente a la familia de flores con más de mil especies en todo el mundo, esta flor preservada en ámbar apareció 50 millones de años antes que los dinosaurios.

Según los especialistas tras esta investigación, este grupo de plantas es 150 millones de años más viejo de lo que se estimaba. Byron B. Lamont, ecologista evolutivo de la Curtin University, y Tianhua He, genetista molecular por la Murdoch University, son los científicos tras esta investigación. Lamont y He analizaron fósiles de flores antiguas localizados en Myanmar y los compararon con plantas vivas relacionadas al rededor del mundo.

Gracias a esta técnica, los investigadores encontraron que la familia Rhamnaceae tiene 260 millones de años. Anteriormente, se estimaba que las primeras especies del grupo aparecieron hace 100 millones de años.

La importancia de las plantas con flores.

“Las plantas con flores son la base de toda nuestra existencia. Producen oxígeno, madera, alimento, remedios, hábitats para animales, así como los parques y jardines de nuestras residencias”, señala Lamont. “La familia Buckthorn se diseminó por toda África, Asia, Europa, Australia, Norteamérica y Sudamérica. De hecho, produce un popular dátil muy consumido en China”.

En el artículo, los investigadores puntualizan que este grupo de flores surgió antes del período Triásico, cuando los dinosaurios ni siquiera existían en la Tierra. Para llegar a esa conclusión, emplearon una técnica semejante a una que popularizó la franquicia de “Jurassic Park”. Básicamente, hicieron una datación de las Rhamnaceae a partir de la savia de una planta con flores atrapada en un trozo de ámbar.

Lamont explica que el carbón, también atrapado en el ámbar, “proporcionó un panorama de las condiciones en las que evolucionó este grupo de plantas”. Analizaron el ADN de la especie Phylica, que se creía tenía tan solo 20 millones de años. Según Lamont, su equipo rastreó rasgos relacionados al fuego en tantas especies vivas del árbol genealógico como les resultó posible.

Para ello emplearon una técnica denominada “atribución de características ancestrales”. ¿Por qué rasgos relacionados al fuego? Básicamente porque algunas plantas liberan savia cuando sufren lesiones por quemaduras, como es el caso de las coníferas. Este pudo ser el caso, donde la sustancia se derramó sobre las flores de Phylica y las conservó intactas en forma de ámbar.

Además, casi todas las Phylica vivas poseen semillas duras que requieren del fuego para brotar. “Aunado al conocimiento de esta necesidad de calor para promover la germinación de la mayoría de las especies vivas, esto demostró que la familia [Rhamnaceae] probablemente surgió entre una vegetación que pasaba por incendios regulares”, concluye Lamont.

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