Exorcistas católicos se quejan del incremento en casos de posesión

Hace poco el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, en Roma, fungió como sede del decimosexto congreso anual de exorcistas. El evento contó con la presencia de 120 exorcistas, todo un récord según los registros de años previos. Pese a la polémica que rodea a este ritual, la demanda de exorcismos no deja de crecer. De hecho, bajo el mandato del Papa Francisco I la práctica parece estar acentuándose.

El efecto Papa Francisco.

Sobre todo, porque el sumo pontífice respalda públicamente el papel de la Iglesia Católica como salvaguarda para aquellos “poseídos por el mal”. Esta postura ha generado lo que los historiadores empiezan a llamar “efecto Papa Francisco”. Fenómeno característico por un aumento dramático en los reportes de posesión demoníaca por Europa, África y Sudamérica.

Es importante recalcar que los promotores de estos congresos de exorcismo reconocen la necesidad de consultar a profesionales de la salud mental. Pues solo así pueden discernir entre una posesión genuina y enfermedad mental. Sin embargo, muchos se rehúsan a aceptar que tienen un familiar con enfermedad mental y exigen exorcismos.

En consecuencia, los exorcistas que asistieron al evento admitieron abiertamente la sobrecarga de trabajo. Además, se quejaron de no recibir ayuda suficiente por parte de los obispos y profesionales de la salud mental.

Exorcismos en aumento.

Recientemente, se divulgó un caso en el que sacerdotes católicos de Roma realizaron un exorcismo en el norte de Italia. La afectada era una mujer de 26 años y el ritual se prolongó durante nueve horas. En el momento de la confesión, la mujer se tornó violenta y profirió insultos en diversos idiomas, incluidos en latín.

“A la joven ya la había visto un exorcista en Verona. Pero, el domingo sus padres la trajeron de emergencia para que curaran el mal que padecía desde hacía tiempo”, señaló uno de los sacerdotes en una entrevista. El padre de la afectada insistió en que su hija padecía una enfermedad mental. Aunque, el resto de la familia estaba convencida de que necesitaba un exorcismo.

El exorcismo se realizó en la Iglesia de Santa María del Monte Berico en Vicenza, Italia. Tanto los feligreses como el personal de emergencia presente en la iglesia fueron retirados del recinto. Y se les dijo que no regresaran hasta más tarde. El padre Giuseppe Bernardi fungió como exorcista oficial, pero cuando quedó superado por la entidad maligna otros sacerdotes intervinieron en el ritual.

Finalizado el exorcismo, la joven cayó en un sueño profundo que los religiosos tomaron como una señal de éxito. A pesar de que ya había pasado por exorcismos previos. “Todo depende de la presencia y fuerza que tenga la entidad maligna”, explicó un sacerdote.

¿Posesión o enfermedad mental?

Bernardi aseguró que, antes del exorcismo, se consultó a diversos psicólogos sobre el caso de esta joven en particular. Desafortunadamente, no siempre es el caso. Los asistentes al congreso de exorcismo señalaron que se les convoca para practicar exorcismos por una variedad de padecimientos médicos, incluida la covid-19.

Actualmente, en Italia existen cerca de 300 exorcistas. Algunas diócesis presentan tal sobrecarga de trabajo, que empezaron a operar líneas directas de exorcismo para orientar a los interesados en el ritual. Simultáneamente, en todo el mundo no dejan de crecer los exorcismos practicados por sacerdotes que buscan “expulsar el mal”.

Increíblemente, muchos de estos rituales se realizan con la autorización e incluso participación de la familia. En algunos casos trágicos se produjeron muertes que posteriormente terminaron en juicios por homicidio. Aparentemente, la prevención de esta clase de tragedias en el futuro requiere de un verdadero milagro.