El trailer del nuevo Godzilla, como debería de ser

Este es un primer vistazo al nuevo Godzilla, el japonés, una película dirigida por Hideaki Anno, el creador de Evangelion, y Shinji Higuchi, que tiene a su cargo la dirección del live-action de Attack on Titan. El trailer simplemente te atrapa. Una banda sonora espectacular, y el monstruo allí, haciendo su aparición tal y como es, provocando desesperación e impotencia al no poder infringirle daño alguno con las armas tradicionales. Así es el verdadero Godzilla, no necesita nada más.

Hace algunos meses en la revista Nautillus publicaron un texto sobre la importancia de Godzilla en la cultura de Japón, y de verdad que una vez que comprendes, cambia por completo la forma en que ves al monstruo. Godzilla es un dinosaurio que, bañado por la radiación de armas nucleares, sufrió mutaciones y se convirtió en una máquina de destrucción. Decir que eso es una metáfora para el peligro que representan las bombas atómicas forma parte de su significado.

Mencionar los eventos de Hiroshima y Nagasaki en Japón se considera, creo que hasta hoy, descortés y una tremenda falta de respeto. En aquella época inmediatamente posterior a la guerra, los nipones se tragaron ese trauma nacional.

No se hablaba de ello, era una herida abierta e ignorada y, así, dejada a las moscas.

La primera película de Godzilla, casi diez años después de finalizada la guerra, fue el momento en que toda la nación presenció su momento catártico, de sanación, de platicar y de, finalmente, empezar a tratar aquella herida.

Los relatos de las funciones ofrecen un escenario poco común para una película de un monstruo: silencio total, sollozos por aquí y por allá de forma espontánea y, cuando la función terminaba, todos se levantaban e iban a sus casas en silencio, meditando sobre la película.

Sí, Godzilla es un monstruo del cine, pero también es un héroe para la cultura que vio en él la posibilidad de canalizar aquello que su propia estructura acababa por, no sin daños, desechar.

La nueva película presenta a Godzilla como DEBERÍA ser: implacable. Un accidente de la naturaleza que, por culpa de la acción del hombre, se convierte en una fuerza imparable que aparentemente destruye sin propósito los inamovibles logros humanos.

Godzilla no es el triunfo de la naturaleza sobre el ser humano, es el destino que debe enfrentar el hombre por creer que triunfó sobre la naturaleza. Pero, lejos de las producciones estadounidenses, el monstruo también parecer ser víctima.

En la escena en que su cuerpo es mostrado en la pantalla, con un acercamiento, es posible apreciar las heridas abiertas de su transformación, los brazos y falanges retorcidas, aterrorizante, nada atlético, nada glorioso. Godzilla es el sufrimiento de la naturaleza convertido en criatura.