La Fiscalía de Ecuador abrió una investigación por la muerte de cuatro tortugas gigantes de las Islas Galápagos. Los restos de estos animales se localizaron al interior del Complejo de Humedales del Parque Nacional Galápagos, en Isabela, la isla más grande del archipiélago. Evidentemente, el inusual hallazgo hace sospechar que las torturas fueron cazadas y sacrificadas para consumo humano.
Un grupo de especialistas en crímenes ambientales ya empezó a recolectar testimonios entre los agentes del Parque Nacional. Y, según la Procuraduría General del Estado, en breve analizarán los restos de las tortugas. Aunque la ley protege a estas especies, pudiendo castigar hasta con tres años de prisión a los individuos que cazan a las tortugas, la matanza continúa.
Tan solo en los últimos dos años, al menos una veintena de tortugas gigantes han muerto en manos de cazadores furtivos. En septiembre del año pasado, los guardias forestales encontraron los restos de 15 tortugas gigantes de Sierra Negra, también en Isabela. Y todo apunta a que los animales son capturados por su carne.
Las tortugas terrestres gigantes de las Galápagos se encuentran en peligro de extinción desde 1933. Se trata de una especie maravillosa cuya expectativa de vida rebasa los 100 años. En el siglo XIX, su población superaba los 200 mil ejemplares. Trágicamente, actualmente solo sobreviven unas 15 mil en todo el mundo.
Aunque la introducción de especies invasoras contribuyó a la reducción en la población, el factor principal siempre ha sido la caza furtiva.