Las hemotoxinas del veneno de la víbora del bambú que atacan a las células de la sangre humana pueden dar lugar a una muerte agonizante en menos de 30 minutos. Las neurotoxinas de una mordedura de cobra puede matar a una persona en menos de la mitad de tiempo. Durante los últimos 20 años Steve Ludwin ha estado inyectándose todo este precioso cóctel venenoso intentando encontrar un camino hacia la «mortalidad» y al mismo tiempo drogarse un poco. De forma privada ordeña a una gran variedad de serpientes mortales, incluyendo las serpientes de cascabel, cobras, y una cobra de monóculo que como el mismo dice, pocas veces arroja a la mezcla.
El principio básico – presentado por el herpetólogo pionero, Bill Haast, que murió el año pasado a los 100 años – es que la exposición regular al veneno en el cuerpo logra desarrollar una inmunidad. Steve afirma que no sólo nunca se enferman, sino que le es útil como una especie de bebida energetica, con efectos que duran varios días después de la inyección, por lo que Steve dice sentirse más fuerte, más rápido y más resistente.
Como le tiemblan los brazos o_o menuda pasada
chida hipotesis, un poko extrema pero interesante !!
mejor que fume duvalin quemado con tape negro, eso pone loco y te sientes como superman!