Ciudad Perdida: un ecosistema único en el fondo del océano

Ciudad Perdida, un campo de fuentes hidrotermales al oeste de la dorsal mesoatlántica, figura como un ecosistema único. Próximo a la cima de una montaña submarina surge un paisaje poblado por torres que se elevan desde el fondo oceánico. Las columnas y muros de carbonato adquieren una tonalidad azul fantasmal conforme el vehículo a control remoto las explora.

La altura de estas estructuras varía desde pequeñas columnas del tamaño de hongos, hasta un gran tubo que supera los 60 metros. A más de 700 metros de profundidad, el campo hidrotermal de Ciudad Perdida se descubrió por primera vez en el año 2000. Y hasta la fecha no se ha encontrado nada semejante en ninguna otra parte del mundo.

Ciudad Perdida, el campo de fuentes hidrotermales único en su tipo.

Al menos en los últimos 120 mil años, un acuífero en esta región del mundo ha reaccionado con agua del mar para liberar metano, hidrógeno y otros gases disueltos en el océano. Incluso ante la ausencia de oxígeno, entre las grietas de esos respiraderos los hidrocarburos sustentan grandes comunidades microbianas.

Estas “chimeneas” marinas también son refugio para una gran variedad de caracoles y crustáceos, pese a que expulsan gases de hasta 40 °C. Animales de mayor envergadura como erizos de mar, camarones, cangrejos y anguilas son raros, pero se pueden encontrar en la zona.

Pese a las condiciones extremas, el medio ambiente en este lugar parece estar lleno de vida. Por eso, los investigadores consideran que merece la pena estudiar y proteger a Ciudad Perdida. Probablemente no es el único campo hidrotermal que existe en los océanos del mundo, pero es el único del que tenemos conocimiento.

Hábitat primario de la vida.

Es sumamente interesante que los hidrocarburos producidos en los respiraderos de Ciudad Perdida no se formaran por dióxido de carbono atmosférico o luz solar. Sino por reacciones químicas en el fondo oceánico. Los hidrocarburos figuran entre los componentes básicos de la vida, siendo factible que en un hábitat como este existan seres vivos. Y no solo en la Tierra.

“Es un ejemplo perfecto del tipo de ecosistemas que podría albergar Encélado o Europa”, señala el microbiólogo William Brazelto aludiendo a las lunas de Saturno y Júpiter. “Y quizás en Marte, hace mucho tiempo”. A diferencia de los respiraderos que se formaron gracias a los volcanes submarinos (fumarolas negras), que también se consideran un hábitat primario, el ecosistema que sustenta Ciudad Perdida no depende del calor del magma.

Maravilla natural.

En una fumarola negra se encuentra una alta concentración de minerales ricos en hierro y azufre. Mientras tanto, las “chimeneas” de Ciudad Perdida producen cantidades ingentes de hidrógeno y metano. Además, estas últimas son mucho más grandes que los respiraderos volcánicos. Probablemente porque han estado activas por más tiempo.

La columna de mayor tamaño recibió el nombre de Poseidón, en honor al dios griego del océano. Esa es la estructura que se levanta a más de 60 metros del fondo del mar. Al noreste de su ubicación se localiza un peñasco con abundante actividad. En un análisis realizado por científicos de la Universidad de Washington, se describió el funcionamiento de los respiraderos como si estuvieran “llorando”.

Aunque, en lugar de lágrimas por ahí fluyen aglomerados de carbonato que se extienden hacia afuera como los dedos de las manos hacia arriba”.

This is the Lost City, a towering ecosystem in the middle of the North Atlantic. It’s completely unique, with life found nowhere else on Earth. And if someone wanted to destroy it? There’s nothing you could do about it. No laws. No consequences. Welcome to the High Seas… pic.twitter.com/mdG5wOsr5h

— Open Ocean Exploration (@RebeccaRHelm) August 22, 2022

Ciudad Perdida bajo amenaza.

En 2018, Polonia adquirió los derechos para explorar las profundidades en las inmediaciones de Ciudad Perdida. Aunque en el campo hidrotermal no existen recursos valiosos que se puedan dragar, la destrucción del medio circundante podría afectar seriamente al ecosistema.

Los científicos advierten que el hábitat podría resultar afectado por cualquier descarga provocada por la minería. Algunos expertos han solicitado que se clasifique a Ciudad Perdida como Patrimonio de la Humanidad. Pues solo así se puede proteger esta maravilla natural antes de que sea demasiado tarde.

Durante miles de años, Ciudad Perdida se ha mantenido como evidencia de la fuerza que tiene la vida. Y sería realmente trágico que los humanos también arruinemos esto.