Adéntrate en los hechos y casos más asombrosos de la mente humana ¿Qué nos lleva a actuar y pensar de esa forma? Las psicología del ser humano es un área científica que aun tiene mucho por contarnos.
Intentaba dormir mientras me removía en la cama, el corazón pesado, la respiración agitada y pensaba que dormido estaría mejor, ¿por qué no me calmo? Tengo sueño, quiero dormir pacíficamente. Me doy vuelta, luego otra vuelta y empiezo a despertar poco a poco. Veo al reloj. Son las 7:30. ¿Pero cómo, si me fui a dormir a las cuatro?
Si nunca has pasado por esto, probablemente creas que se trata de una experiencia muy extraña o de una tomadura de pelo. Pero sucede que muchas personas escuchan voces cuando están leyendo. A veces solo es la voz del narrador, a veces la de los personajes, como si estuvieran leyendo sus diálogos.
Muchas de las novelas y películas románticas que has visto son poco probables de acontecer en nuestra realidad. ¿La dama y el vagabundo? Fantasía, ¿Tres metros sobre el cielo? Complicado, y ya mejor ni hablamos de Cincuenta sombras de Grey. Un nuevo estudio apunta a que todo ese asunto de que los polos opuestos se atraen es un fraude. De hecho, nos gustan más las personas que se parecen a nosotros.
La gigantesca cantidad de amigos que tienes en Facebook es una vil mentira. Tener muchos amigos en línea no significa contar con más personas que te ayuden cuando estés deprimido. Una investigación publicada el pasado mes de enero en The Royal Society Open Science concluye que la tendencia normal de un ser humano es mantener un grupo reducido de amigos – ya sea en Internet o en la vida real.
No existe escapatoria, todos a lo largo de la vida terminamos adquiriendo malos hábitos. Quizá fumar, beber o comer de forma descontrolada, mordernos las uñas, obsesionarnos con las redes sociales, Internet y los smartphones, interrumpir a las personas cuando están hablando o incluso dejar todo para después. Cualquiera que sea el hábito, la verdad es que muchas veces resulta complicado abandonarlo.
A mediados de 2015, el investigador y profesor de neurología, psicología y psiquiatría Adam Gazzaley invirtió dos meses jugando videojuegos para someter a prueba su teoría de que el juego puede ser clínicamente tan eficiente como los medicamentos.
