Al comenzar el año Felipe Calderón anunció un programa de 2 mil 500 millones de pesos para financiar a 23 mil aspirantes a la educación superior, y lo festejó como un apoyo que redundará en beneficio del país. Pero las becas tienen una trampa de tres bandas (como se ha hecho evidente en Chile, donde se aplica el mismo modelo): “beneficiarán” sólo a un reducido sector de la clase media, no a los desposeídos de siempre; la banca –que gestionará los créditos– acabará por cobrar hasta tres veces lo prestado… y finalmente el dinero irá a parar a universidades privadas. Es decir, “el primer paso en firme para privatizar la educación en México”.
La fragmentación social del sistema educativo de nivel superior es clara. Profundas las diferencias socioeconómicas entre alumnos de instituciones públicas y privadas, los jóvenes que se preparan en las de presupuesto gubernamental se enfrentan a la desigualdad, la discriminación y la indiferencia que se fomentan desde el Estado, coinciden analistas consultados por Proceso.
A su entender, apoyos que se están canalizando hacia las universidades privadas tendrían que abrir las oportunidades en universidades públicas y respaldar las necesidades de los alumnos que menos recursos tienen para sostenerse en el estudio. En pugna por los favores del gobierno, ambos subsistemas, público y privado, demandan apoyo desde dos lógicas completamente distintas: La lógica mercantil del sector privado de querer mantener su negocio y la lógica pública en la medida de poder prestar un servicio.
Autor del estudio Un sistema de educación superior, dos circunstancias distintas: la universidad pública y la universidad privada, el exrector de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco (UAM-A) Adrián de Garay ha dedicado años de investigación a documentar el abismo entre ambas realidades.
Entrevistado por Proceso, el investigador asegura que las diferencias socioeconómicas entre cada subsistema son reflejo de la polarización social y cultural que hay en el país.
Estudian y trabajan.
En sus investigaciones, De Garay ha manifestado que el sistema de educación superior está marcado por la necesidad. Desde su ingreso, miles de estudiantes universitarios del sector público –más de 40%– no dedican su tiempo completo a los estudios por exigencias laborales. El 27% de los universitarios inscritos en instituciones privadas también trabaja. Repercutiendo “inevitablemente” en su desempeño académico, según los datos del experto, de los estudiantes-trabajadores que integran la universidad pública 40% dedica entre cuatro y ocho horas diarias a su empleo. De la educación privada destaca, con 37%, el sector que invierte de 11 a 20 horas laborando.
La desigualdad se ahonda a medida que el estudio se va explicando: 53.4% de los alumnos de educación pública está destinado a trabajar en algún sector ajeno a su carrera. Lastimoso el contraste con 70.9% de los alumnos de instituciones particulares que logra emplearse en un mercado “de plena relación” con sus estudios.
De Garay lanza una pregunta. ¿Es un secreto a voces que las empresas prefieren contratar a los jóvenes que estudian en instituciones privadas? El 26.1% de los estudiantes de instituciones públicas tiene dependientes económicos y 42.7% no podría sostener sus estudios sin trabajar. El 54.8% de los alumnos de instituciones privadas trabaja para adquirir experiencia laboral. “Es un problema grande. Muchos alumnos tienen que trabajar forzosamente para pagar sus estudios, algunos no tienen tampoco para su manutención o tienen que llevar dinero a su casa. Eso merma en gran medida el desempeño de los estudiantes y muchos terminan por desertar en algún momento de su carrera”, reconoce Ángel Cano, presidente de la Federación de Instituciones
Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES).
Otro factor diferencial es lo que Adrián de Garay llama el “capital cultural”: el pasado académico de los padres marca el destino de los hijos. En tanto 70% de los padres de alumnos que atienden a la educación superior particular cuenta con estudios
profesionales, sólo 28.6% de los padres del subsistema público alcanzó la universidad.
Dentro del contexto social en el que se desarrollan los alumnos, los que llegan a las universidades públicas “en buen
número” provienen de estratos sociales de clase media y media baja, dice a este semanario el investigador de la UNAM y doctor en sociología René Jiménez. “Los más pobres no pueden estudiar. Van creciendo en un contexto social desigual. Los que más recursos tienen llevan una trayectoria estudiantil en el sector privado desde la educación básica hasta la superior”,
explica.
El tránsito a la educación superior se ha convertido en “suplicio” para los aspirantes al sector público, explica la doctora Carlota Guzmán, especialista del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM. “Influye todo: que tengan computadora con conexión a internet, que tengan dinero para comprar libros, lo que comen, el lugar en donde viven y hasta las horas que tardan para llegar a la universidad. Las condiciones en las que estudian son muy distintas. Y esto incide”, señala.
El estudio de Adrián de Garay lo dice claro: los alumnos “padecen” un desgaste cotidiano: simplemente en transportarse, 51.4% tarda más de una hora en llegar a su universidad en transporte público. Algunos, tardan más. De Garay cuenta la historia de un alumno suyo que, por esa circunstancia, abandonó la UAM-A: “(Ese alumno) hacía dos horas de ida y dos de regreso y tenía clase de siete. Se tenía que levantar a las cuatro de la mañana. El transporte le costaba 900 pesos mensuales. Se inscribió en una universidad “patito” a 10 minutos de su casa, por los mismos 900 pesos mensuales de colegiatura”, relata el exrector y remata con el argumento del joven. “Pagaba lo mismo, pero se ahorra cuatro horas y el riesgo de que lo asalten”.
Beneficio a particulares.
El pasado 9 de enero, Felipe Calderón anunció el Programa de Financiamiento de la Educación Superior, que prevé otorgar créditos bancarios con la garantía de Nacional Financiera (Nafin) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), por un monto de 2 mil 500 millones de pesos, etiquetados para 23 mil plazas a distribuirse en 21 universidades privadas.
Los préstamos, que estarán a cargo de Financiera Educativa México (Fiem), Banco Santander, HSBC, Bancomer y Banorte, serán de 250 mil a 280 mil pesos a pagar en plazos de 15 años y medio con tasas de interés que irán de 9 a 13% anual. Al hacerlo público en el campus del Instituto Tecnológico de Monterrey, Calderón celebró esta medida en pos de un “México más justo y más igualitario”. El financiamiento a estudiantes, dijo, “democratizará el acceso a la educación superior y acelerará la ampliación de la cobertura educativa”.
Según De Garay, es una “mentira” que la finalidad de esta medida responda a un interés por aumentar la cobertura educativa y propiciar mayor equidad. Con la incorporación de los 23 mil beneficiarios del financiamiento promovido por Calderón – comenta a este semanario– el aumento de la matrícula nacional de estudiantes en educación superior alcanzaría “un impacto mínimo” de apenas 0.8%. Y se pregunta: “¿Cuántos estudiantes más podrían adherirse al Programa Nacional de Becas para la Educación Superior (Pronabes) con esos recursos?” La respuesta es que se podrían triplicar los más de 300 mil apoyos que actualmente otorga ese programa.
De Garay recuerda que, en noviembre de 2011, el Congreso negó 57% de los recursos adicionales que instituciones de educación superior solicitaron a través de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. Según De Garay, “si los recursos destinados al programa de créditos para estudiantes de universidades privadas se hubieran destinado a las públicas” se habría conseguido 69.3% de lo gestionado, “garantizando que las instituciones públicas pudieran admitir a mucho más de 23 mil estudiantes”.
No sólo eso. De haber seguido el rol natural del Estado, el gobierno pudo impulsar significativamente a diversos sectores de la educación superior pública antes de priorizar al sector mercantil. Jóvenes de universidades públicas que reclamaron por esta medida aseguran que 2 mil 500 millones de pesos serían suficientes para cubrir 56% del presupuesto de la UAM, 23% del Politécnico, cuatro veces el presupuesto anual de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, así como ampliar 17% la matrícula de la UNAM, un equivalente a 30 mil alumnos más de nuevo ingreso al año.
El economista Salomón Rodríguez publicó –un día después del anuncio– que tomando en cuenta los intereses de un crédito para licenciatura por 215 mil pesos, a una tasa de 10% anual, un estudiante terminaría pagando más del doble. Aproximadamente
600 mil pesos por su preparación. Para posgrados, cada alumno terminaría endeudado por cerca de 750 mil pesos por los 280 mil recibidos. Un negocio redondo para la banca y el sector privado de la educación superior, dice a Proceso Carlota Guzmán. “Llama la atención que es el modelo chileno, por el que vemos tantas movilizaciones por el endeudamiento de las familias, hipotecadas
por la educación. Y justamente se vino a escoger ese modelo. Los créditos no van a ser utilizados por los miles de aspirantes que no logran ingresar a la educación pública, sino por un sector que por falta de recursos ya antes perdieron las universidades privadas”, aseguró la investigadora. Según Guzmán, no se dimensiona la magnitud del problema.
No obstante, el subsecretario de Educación Superior y encargado del despacho de la SEP, Rodolfo Tuirán, justifica el modelo
de financiamiento, que también se aplica en países como Estados Unidos. Sobre el endeudamiento de los estudiantes Tuirán dice: “Son decisiones como cuando compramos una casa o tomamos una hipoteca. Tiene responsabilidades y riesgos, y también los beneficios”.
David Brooks, de The New York Times, describió a la actual como la generación de estadunidenses universitarios más endeudada
de la historia de aquel país a causa del sistema de créditos, similar al que se acaba de implementar en México. Dichos préstamos, escribió Brooks el pasado 10 de enero, convierten a los estudiantes en “esclavos” de su deuda, en beneficio de universidades e instituciones bancarias. En 2011 el monto de préstamos estudiantiles superó 100 mil millones de dólares. “Estos jóvenes aceptaron el equivalente a la hipoteca de una casa en deuda”. Según el Departamento de Educación
de Estados Unidos, cita Brooks, en 2008 67% de los egresados de escuelas de educación pública estaba endeudado y 96% de las instituciones privadas también. Esos jóvenes nutren el movimiento de indignados Ocupa, que desde el pasado septiembre protesta por el endeudamientoy la falta de empleo.
En el sistema de créditos se dio concesión a 21 universidades, bajo dos criterios: que fueran grandes en cuanto a matrícula y cumplieran ciertos estándares de calidad. Sin embargo, el presidente de la FIMPES, instancia encargada de acreditar la calidad de las instituciones de educación superior privada, dice que el requisito primordial, que es la calidad, no todas lo cumplen: “Algunas están en proceso (de acreditación).
Nosotros siempre insistimos en que fueran puras acreditadas para que no hubiera ninguna duda. No es una decisión que tomó la FIMPES. Ellos lo que hicieron fue buscar que tuvieran una acreditación de calidad, aunque insisto que no todas están propiamente acreditadas”.
–Ellos, ¿quiénes?
–Fue propiamente Nafin la que impulsó el programa. Nafin hizo el contacto con la SHCP, que son parte de la misma administración, y entre ellos escogieron las universidades. Seguramente algo tuvieron que ver los bancos con los que están trabajando y la financiera (Fiem). Supongo que tuvo que ver mucho el contacto que ya tenían los bancos con las universidades para impulsar estos programas.
–¿Sabe el criterio para elegir los 23 mil alumnos, se busca también un perfil socioeconómico determinado?
–Sí. Se les pide a cada uno de los alumnos su poder adquisitivo familiar, su estatus socioeconómico. Estamos partiendo de que esos alumnos puedan pagar esos créditos, aunque ahorita sólo pagan los intereses. En algunas ocasiones no es muy significativo, dependiendo de la colegiaturade cada universidad.
–¿No podría aspirar a ese crédito un
alumno de bajos recursos?
La familia necesitaría un aval para tomar en cuenta los pagos de intereses que se tienen que hacer en este momento. Para
la parte del capital, que se pagaría seis meses después de haber egresado, lo que se busca es que el alumno con su propio trabajo lo pueda pagar.
“Los créditos van dirigidos a un sector de clase media o clase media alta que antes podía ingresar a la universidades privadas y que por cuestiones económicas en los últimos años ya no lo pueden hacer. Están tratando de recuperar para las universidades privadas un público que tenían y que han perdido. O que acceden a universidades más baratas. Pero no son
nuevos públicos los que acceden porque no todos son sujetos de crédito. No es un beneficio, es un endeudamiento”, según Carlota Guzmán.
Para Adrián de Garay la explicación del programa de financiamiento responde a una generación gubernamental que no tiene claro qué es lo público. “Es inadmisible que el señor (Calderón) otorgue 2 mil 500 millones para que se beneficien la banca privada y las escuelas privadas con las cuotas que los jóvenes van a pagar. No acaban de entender que la principal responsabilidad de la educación es pública. Ahora le metieron 2 mil 500 millones de pesos. ¿Qué tal que el año que viene le meten más?”.
–Y si le meten más, ¿qué?
–Ahí sí creo que iniciamos ya, con toda claridad, un proceso de privatización de la educación.
Durante el anuncio del programa Felipe Calderón alardeó: “Y le vamos a meter más. ¿Cuánto? Todo lo que se necesite para que cualquier estudiante que no tenga recursos para pagar su universidad pueda obtener un crédito accesible dentro de este programa”.
SANTIAGO IGARTÚA – Revista Proceso edición 1843 / 26 de febrero de 2012.
donde se ha visto que se cobra por la educacion? pfff si fuese asi solo los ricos estudiarian y los que estan hundidos en la mi*rd* siempre lo estaran, porque es sabido que sin una educacion, no progresas… en fin, con razon en mexico estan tan hundidos en la droga y la corrupcion.. me dan lastima u.u
Basta de falsedades de que la educación es gratuita o debe serlo. Países como Singapur (Dictadura Comunista) y China (Dictadura Comunista) tienen años cobrando a los alumnos por participar en sus escuelas y basan su educación en formas de prestamos que permiten al alumno empezar a pagar una vez se encuentra trabajando con un porcentaje fijo de su sueldo (gane lo que gane)
Por que México, país democrático, no puede implementar una política educativa que eleve sueldos de maestros y genere recursos mediante el pago posterior de los servicios, así como la generación de patentes que sean aplicadas en usos comerciales y no en teorías que no generan dinero.
Muchas Universidades Publicas en el Pais cuentan con el aval del CACEI, algo que las homologa con el ABET (Estados Unidos), asi que no vengan a mamar que es mejor la Universidad Privada, al final de cuentas quien encuentra su verdadera vocacion triunfara en la vida, y sorteara todos los obstaculos para ser un campeon.
Estudia educación superior quien así lo desea, es así de simple. ¿Quieres subirle el nivel a tu educación? trabaja y estudia, no serás ni el primero ni el único en hacerlo…tampoco esperes una medalla por eso, es una inversión a largo plazo.
Foto del título «beneficios a particulares»: es una marcha de rechazados de la UABJO en Oaxaca, quienes no aprobaron el exámen y además exigen paso directo…¿quieren educación de calidad? Sean estudiantes de calidad!!! por lo menos tómense la molestia de estudiar
sí no les alcanza, que saquen beca en las universidades públicas, todas tienen ese sistema. Sí a los examenes de selección, no a los pinches burros y asnos que van a calentar el pupitre y le quitan la oportunidad a otro.
En la Argentina se cuentan con los dos tipos de Universidades, las privadas y las estatales, que cuentan con dos tipos distintos, UBA (universidad de Buenos Aires), que se encuentra entre las mejores del mundo y la UTN (Universidad Tecnologica NAcional) basando titulos en Ingenieria, de estas dos salen los mejores graduados, y SON PUBLICAS Y GRATUITAS, no siempre lo pago es lo mejor.
eran, ahorita no estan ni en las primeras 200… segun Times de Londres.. y son en este momento fábricas de psicólogos, donde salen 4 por cada 1 de ingeniería… y para ser primer mundista no destacas por tus psicólogos
De lo que estoy convencido es que la educación terciaria se tiene que cobrar para que sea sustentable y permita el desarrollo de la misma (negocios con empresas privadas y ganancias de patentes)… asi como se tiene que globalizar, exigir inglés como idioma obligatorio y hacer alianzas con universidades de 1er mundo (no como la UNAM con Cuba y Guatemala :S)
El ejemplo de que esto funciona esta en China, Korea, Japón, Israel, Singapour, India… Y no es por nada pero el país de América Latina que en estos momentos esta teniendo mayor auge en su modelo educativo es……. Chile.
Deberiamos enfocarnos mas en la EFICIENCIA tomando en cuenta cifras y comparandolas con el resto del mundo, en vez de reparar en INTERESES POLITICOS y COSTOS… ya que de no hacerlo, nos va a salir mas caro.
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Chupame el an0 cabr0n!
De seguro ere un p1nche od1a proles que vive de lo que le dan sus papas.
Leo y doy la cara cuando me expreso… no ofendo a terceros ni hago prejuicios de la gente.
El pagar lleva a que la universidad reciba dos ingresos, uno gubernamental y otro de su alumnado… y no significa que el pagar trunque la posibilidad de personas realmente dedicadas a estudiar, ya que se emplean créditos donde la persona empieza a pagar 2 años despues de terminar y cuando ya tiene empleo…
asi mismo el pagar descartaria a los calienta pupitres que andan terminando su carrera en 8 años y le daria mas oportunidad a otros de entrar….
se ofrecerían mejores y mas BECAS, mas inversión en la inovación y se mejoraria el personal docente, (que en México solo 3% de docentes universitarios tienen PhD a diferencia de 40% de Inglaterra).
Espero y si tienes otro argumento que decir Anon1, incluya argumentos que refuten los míos y no prejuicios sobre mi persona.
Una cosa es pagar a la universidad y otra muy diferente es pagar a un corporativo. El tema del articulo es la privatización de la educación por parte de terceros a través de trampas como las becas. Es exactamente igual que un crédito con intereses donde todo el capital y los «abonos» se quedarían en los bolsillos de los banqueros no en las universidades.
El auge en el modelo educativo de Chile que comentas sería algo tremendamente asombroso de no ser por los miles de estudiantes protestando y exigiendo solución a la educación privatizada por terceros.
Enriquecer a las universidades con ingresos por parte del alumnado es una excelente idea, de no ser por el sistema tan podrido que hay en México donde se privilegia a la corrupción y a las tranzas. Es algo totalmente inviable. Y lo digo porqué lo viví en carne propia, donde altos directivos de la universidad donde tuve la fortuna de estudiar hicieron sus cochinadas a la vista de todos y cuando se exigió solución simplemente los cambiaron a otra institución.
El articulo pues no esta en contras de las BECAS financiadas por el gobierno, pero si contra las BECAS financiadas por terceros.
De lo que yo te hablo son pagos a la universidad, no créditos bancarios. Y donde corporativos pagan a las universidades por servicios prestados de docentes y alumnos. Lo cierto es que no se por donde vayan a manejar esas «becas» que ofrecen, eso si no hay duda, que también en parte tiene eso que me dices de Chile.
Para evitar el desvío de fondos, se puede utilizar la presión y el interes social como se esta haciendo en estos momentos en Brazil e Israel, donde se forman asociaciones no gubernamentales y apartidistas para hacer presión al gobierno, secretaria y sindicatos al rendir cuentas con la educacion. Estos organismos estan integrados por empresarios, intelectuales, deportistas, actores y diferentes íconos publicos con un peso social importante (400 por ejemplo en brazil). Donde si no se cumplen las expectativas propuestas se descarga su poder con la influencia que tiene al público y hace conciencia de la situación (interesante no? en vez de convencerte de que comas sandwiches XD). Si hay este tipo de organizaciones como la de Slim, Salinas Pliego, GNP. Pero realmente es poco lo que pueden hacer con sus donaciones si no se tiene la conciencia social.
No es imposible de hacer, pero si se hace no sera por parte del gobierno ni la SNTE, si no por nuestra parte.
Yo siempre he dicho que tales cosas como instituciones educativas estan muriendo y estan aumentando las empresas educativas que solo tratan de vender un producto en estos casos el conocimiento. Pero el problema es que el producto es de baja calidad a altos precios. Mientras que las grandes instituciones como en el caso de la UNAM se les otorga un buen dinero a las universidades publicas se les deja bien abajo sin fondos para las cosas mas basicas en estas epocas modernas e incluso las becas que se entregan no siempre son bien entregadas, he visto como alumnos de clase media o sin problemas de dinero se les entrega dichas becas mientras que alumnos que tienen que trabajar para poder estudiar no les dan nada(me incluyo entre ellos). Lamentablemente estamos viviendo en las epocas de la privatizacion en donde pocos tienen muchos beneficios y la clase mas predominante, la obrera ,se le da menos y menos.