Barbados vs Granada: el curioso partido donde un autogol los clasificó

¿Te resulta familiar el término “gol de oro”? Aunque no seas un ferviente seguidor del fútbol, probablemente lo escuchaste alguna vez. También conocido como muerte súbita, es una regla que admiten algunos campeonatos cuando el juego finaliza en empate y se van a tiempos extras, donde el primero en marcar gol gana el partido.

El gol de oro.

En 1993, la FIFA introdujo esta posibilidad de desempate por dos motivos. Evitar los penaltis, que muchos consideraban un acto de suerte, y motivar a los jugadores para que dieran su máximo esfuerzo. Recordemos que, tras 90 minutos de un partido regular, lo último que quiere el jugador es seguir recorriendo el campo.

En la década de 1990, diversos torneos adoptaron la regla del gol de oro y llegó a implementarse en la Copa Mundial de 1998 y 2002. Sin embargo, una serie de polémicas llevaron a desestimar la práctica. Actualmente, la muerte súbita es socorrida en campeonatos universitarios de Estados Unidos, tanto para hombres como mujeres.

Existen reglas similares en otros deportes. Por ejemplo, la NHL, una liga de hockey que comparte Estados Unidos y Canadá, implementó la regla de la muerte súbita directamente del fútbol.

En la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) poseen un sistema equivalente: el tiempo de prórroga termina inmediatamente cuando uno de los equipos marca un touchdown, que vale seis puntos. Sin embargo, en caso de que el equipo sorteado para el primer pase de pelota en el tiempo extra marque un field goal (de tres puntos), el adversario tiene la posibilidad de contraatacar.

El partido de Barbados y Granada en 1994.

Para nuestra historia es primordial que entiendas la importancia que alguna vez tuvo el fallido gol de oro para el fútbol. Remontémonos a las eliminatorias para la Copa del Caribe de 1994, un torneo en el que una peculiar regla entró en vigor. No sólo implementaron el novedoso “gol de oro”, sino que una anotación de esta naturaleza también equivalía a dos puntos en la tabla.

Por ejemplo, si un encuentro se iba a tiempos extras con el marcador en cero, el primer equipo en anotar gol ganaría el partido con un 2 a 0.

Los responsables de implementar esta regla jamás imaginaron lo que sucedería en el partido entre Barbados y Granada del 27 de enero de 1994. Debido al puntaje de la tabla general, Barbados clasificaría a la siguiente fase sólo si lograba ganar el partido con dos goles de ventaja.

Autogol.

En los últimos minutos del partido, Barbados encabezaba el marcador con un 2 a 1. Sin embargo, ganar con apenas un punto significaba que Granada pasaba a la próxima fase y ellos abandonaban la oportunidad de participar en la Copa del Caribe. En medio de esta situación surgió un plan muy loco.

Con 87 minutos en el reloj, el portero Terry Sealey y el defensa Horace Stoute intercambian algunos toques de balón, y entonces Sealy hace un remate monumental a la portería que debía defender. A tres minutos de que el árbitro pite el final, el marcador se posiciona 2 a 2.

Ahora, sólo era cuestión de marcar un gol de oro en tiempo extra. Granada rápidamente asimiló el plan de Barbados, y supo que podían sacar provecho de la misma situación. En esos tres minutos que restaban del partido, debían hacerse un autogol para quedar 3 a 2 y lograr la clasificación.

El resultado.

La selección de Granada empieza a atacar ambas áreas, y Barbados a defender dos porterías. La peculiar disputa se extiende hasta el fin del partido y la defensa de Barbados sale victoriosa. Ahora van a tiempo extra. El plan original resulta efectivo: Barbados hace un gol de oro y el partido termina 4 a 2. Granada se queda en el camino hacia la Copa del Caribe.

A casi 30 años de aquel encuentro, todavía podemos encontrar algunos fragmentos del partido en YouTube. Desafortunadamente, la curiosa escena en la que Granada busca hacer un gol en ambas porterías no está disponible. La lección aquí es que las reglas complicadas terminan en situaciones complicadas.