Cuando pequeños, de una forma u otra, aprendemos que el amor es la cosa más importante del mundo.
Cuando se llega la hora de andar tras las faldas de las amiguitas en la secundaria, entonces empiezas a entender que el amor será tu peor pesadilla por el resto de tu vida.
Dos o tres lecciones en el camino te muestran que el sentimiento de propiedad es una trampa cuidadosamente planeada por el destino para que aprendas a apoderarte de ti mismo.
Hasta que finalmente entiendes que el amor no eran en absoluto lo que te dijeron o lo que creías al principio.
Que las leyes de la probabilidad se aplican de una forma muy peculiar en todo lo que concierne al amor, como si alguien del otro lado se pasara el día entero divirtiéndose mientras te envía mensajes cifrados.
Y sonreirás, sin querer, en el momento equivocado: otra vez la ley de la probabilidad.
Ni las cartas del tarot más barajado, o las previsiones de un horóscopo ajustado a los últimos descubrimientos de la astronomía.
Ni siquiera visitando y revisando todas las historias ya contadas o que eventualmente puedan sucederle a una persona.
Tampoco cerrando los ojos con fuerza para descubrir el universo a tu alrededor con poderes mágicos que aún ignoras poseer.
El amor es una porquería de bolígrafo que explota sobre tu mejor manuscrito.
Y solo entonces te das cuenta que no eres un escritor, sino un artista.
Y que ni toda la literatura de los siglos se comportaría como este libro para colorear tan abstracto.
Estas hermosas ilustraciones son obra de Android Jones forman parte de su serie Art Of Love.
geniales todas y cada una de ellas.
Imagenes sublimes, toda esa creatividad sabe plasmarla en esos dibujos, ¡cuanta pasión!