Alina Kovalevskaya, otra Barbie real de Ucrania

Ya es oficial (no sé si sea posible), Ucrania es el país de las muñecas Barbie de la vida real. Después de la ya famosa Valeria Lukyanov y Anastasiya Shpagina, hoy es el turno de otra muñeca real de Ucrania para tomar el centro del escenario y convertirse en el centro de la atención: Alina Kovalevskaya, de 20 años.

También originaria de Odesa, la misma ciudad de las estrellas de Internet antes mencionadas, Alina logró llamar la atención del público en línea después de subir una serie de fotos de sí misma a la red social VKontakte, el Facebook ruso. Las fotos se traducen en aplicar varias capas de maquillaje, especialmente alrededor de los ojos para que parezcan anormalmente grandes, y posar como un juguete sin vida.

Ahora ya es una receta muy bien conocida y utilizada por las siete (sí, siete) Barbies humanas de Odesa, que emplean los mismos trucos al hacer las sesiones fotográficas en las mismas locaciones de la ciudad y a veces hasta aparecen una al lado de la otra.

Lejos de ser acusada de ser un clon de la internacionalmente famosa Valeria Lukyanov, Alina, entre tanto, afirma ser diferente de todas los demás imitadoras Barbie. Ella dice, como todas las demás, que se parece a la popular muñeca: con los ojos grandes, nariz pequeña y labios gruesos, y que para nada requirió de intervención quirúrgica o cirugía plástica, con toda la intención de desprestigiar a las otras aspirantes a muñecas.

Es obvio que lleva toneladas de maquillaje para realzar sus rasgos, así como todas las otras muñecas humanas: Kota Koti, Vanilla Chamu la versión china de Barbie, Olga Oleynik y hasta la musculosa de Julia Vins, o la más hermosa de todas ellas, Angelika Kenova.

Hasta ahora, ninguna de todas estas muñecas Barbie de la vida real ha admitido utilizar Photoshop para transformarse, aunque todas se acusen unas a otras de hacerlo.

Esto ya suena a Barbie´s Club, como el congal que solía visitar hace poco y que clausuraron porque le cortaron el platano a un amanerado, aunque a decir verdad, a mi si me gustaría tener esta colección de Barbis en casa. ¿Y a quién no?

No confundir con Alina Corona, se parecen bastante, pero no son las mismas.