Alcoholic Architecture, El bar con una fantástica nube de alcohol

Algo gracioso sucede cuando inhalas alcohol: te emborrachas. Dependiendo de cuanto alcohol haya presente en el aire, la velocidad a la que te alcoholizas puede ser mucho más rápida – o mucho más lenta – que si ingieres tres dosis de tequila.

Imagina que te encuentras en un salón que ha sido previamente llenado con una neblina dulce con un particular y delicioso olor de gin tonic mezclado a razón de una parte de alcohol por tres partes de agua tónica. ¿En cuánto tiempo crees que empezarás a sentir los efectos? “Una hora equivale a aproximadamente una dosis”, dice Sam Bompas. “Una bastante fuerte”.

El bar.

Bompas es un conocedor de las neblinas alcoholizadas. Es uno de los socios de Bompas & Parr, un grupo de magos culinarios famosos por fabricar experiencias sensoriales, como paredes para escalar de chocolate y moldes gigantescos de gelatina. El trabajo se define por el hedonismo y no tiene ningún otro propósito que el de poner a las personas frente a una nueva sensación. Durante el último sexenio, Bompas y Harry Parr trabajaron con los científicos para perfeccionar la técnica de dejar a las personas borrachas a través del aire. Recientemente abrieron un bar en Londres, donde puedes asistir e inhalar alcohol. El nombre del establecimiento es Alcoholic Architecture.

Se sitúa en un edificio de estilo victoriano adyacente a una catedral que solía ser un monasterio. Bompas describe el ambiente del bar como una mezcla entre los “neones de Miami” y un monasterio. Y el aire repleto de alcohol no es lo más excéntrico del lugar ya que suelen servir cócteles en un cráneo humano – uno de verdad.

Una vez que se presentan, los invitados se calzan un poncho de plástico e ingresan a una cámara con una fuerte neblina. La mezcla de Bompas & Parr no es un gin tonic de verdad. Se trata una mezcla de ginebra – alcohol, agua y moléculas aromáticas – con un poco de quinina, la parte que amarga el agua tónica (los demás ingredientes de un gin tonic no resultarían muy bien en su forma gaseosa: el azúcar es terriblemente pegajoso y el cítrico tiene, según Bompas, muchos alérgenos). A medida que los visitantes entran al salón, se les incentiva a respirar profundo, aspirando el sabor del incienso con ginebra.

El aire al interior de Alcoholic Architecture presenta una humedad del 140%; las gotas de la bebida circulan entre una densa niebla. La visibilidad no va más allá de un metro de distancia. “Se parece a un baile de disfraces”, dice Bompas. “También es perfecto para ayudar con el ambiente”. La humedad ayuda a las personas en el interior a notar la bebida.

Bompas & Parr no son los inventores de la inhalación de bebidas. Los seres humanos han experimentado nuevas formas de emborracharse desde que aprendieron a hacerlo de la forma tradicional. La inhalación, aunque no lo parece, es una forma extremadamente eficiente. Cuando tomamos el alcohol, significa que tendrá que viajar a través del estómago y del intestino antes de ingresar al torrente sanguíneo y alcanzar el cerebro. Inhalar es una forma mucho más rápida, pero también peligrosa, de lograr esto. Respirar mucho y de forma acelerada puede concluir con una intoxicación.

Bompas & Parr se mantienen al pendientes de esto (dado que tener a las personas desmayándose, vomitando o, eventualmente, muriendo es muy malo para los negocios). Una alteración leve y agradable es todo lo que requieren. “Las personas salen por sus propios medios, sin tropezarse con los muebles”, garantiza Bompas.

Si esto parece una manera terriblemente impráctica de disfrutar de la bebida, bueno, ese precisamente es el punto. Apreciar un gin tonic de una forma tradicional es perfecto, pero la mayoría ya sabe cómo es. Andar en una nube de gin tonic es algo nuevo y hedonista. Se trata de cambiar la percepción del gusto, además de ser una gran historia que podemos contar a los amigos. Wired