La evolución parece esmerarse en dotar a nuestros cuerpos de numerosas capacidades para la supervivencia. Esta resistencia puede corroborarse cuando el organismo logra sobrevivir a pesar que órganos vitales, como el cerebro, resultan afectados y pasan a tener un funcionamiento parcial. Quizá aún no desarrollamos la capacidad de regenerar órganos; sin embargo, podemos subsistir sin algunos órganos que parecen imprescindibles. A continuación, te presentamos una lista de siete órganos que, pese a su importancia, son opcionales cuando se trata de supervivencia.
1 – El apéndice.
Si preguntaras a una persona por un órgano prescindible para los humanos, probablemente respondería que el apéndice. Esta pequeña estructura cerrada situada en la unión entre el intestino grueso y el delgado figura como uno de los órganos removibles más populares.
Aunque se cree que es un órgano vestigial, un remanente evolutivo sin una función específica en el organismo, a últimas fechas lo han empezado a señalar como una especie de “baúl” donde se almacenan las bacterias del intestino, permitiendo que vuelvan a poblar el organismo cuando se produce alguna afectación.
Debido a su configuración cerrada, cuando el contenido intestinal ingresa al apéndice se hace difícil que salga de allí, pudiendo generar una inflamación en el órgano. Es algo que se conoce como apendicitis, un padecimiento que en los casos más graves necesita intervención quirúrgica para la remoción completa del apéndice.
Sin embargo, no todas las remociones de apéndice exentan al paciente de un dolor futuro. Algunas veces el apéndice no puede ser retirado por completo, y esa parte restante puede llegar a inflamarse nuevamente. La remoción del apéndice no conlleva ninguna diferencia en la calidad de vida de quienes se someten a este procedimiento.
2 – El bazo.
Como el mayor órgano linfático del cuerpo humano, el bazo tiene la función inmunológica de producir anticuerpos y destruir células viejas. Puede encontrarse al lado izquierdo del abdomen, en la región trasera del cuerpo bajo las costillas. Debido a que es un órgano extremadamente frágil, no es raro que lo remuevan como resultado de una lesión, sobre todo porque su ubicación próxima a las costillas lo hace vulnerable a los traumas abdominales.
El bazo está cubierto por una fina capa de tejido que se rasga con mucha facilidad y permite a la sangre escapar del órgano dañado. Cuando un bazo se rompe y el problema no es debidamente diagnosticado y tratado, puede resultar en la muerte.
Al interior del bazo pueden encontrarse dos colores principales que están relacionados con las funciones que lleva a cabo el órgano: un color rojo oscuro y pequeños puntos blanquecinos. En estos puntos blancos se almacenan los glóbulos blancos y las plaquetas mientras que en las zonas rojas se resguardan y reciclan los glóbulos rojos.
¿Cómo es posible vivir sin un bazo? Debemos agradecer a nuestro hígado, pues este órgano también es responsable por el reciclaje de glóbulos rojos y sus componentes. Además, hay otros tejidos linfáticos en el cuerpo humano que ayudan a reemplazar la función inmunológica de un bazo.
3 – Órganos reproductores.
Los ovarios y testículos figuran como los órganos reproductores primarios de mujeres y hombres, respectivamente. Los seres humanos son capaces de concebir con un solo ovario o testículo en funcionamiento.
Cuando estos órganos son removidos, la concepción ya no es posible, pero esto no representa ningún problema para la supervivencia. Eliminar uno o ambos testículos generalmente es resultado de un cáncer. Además, un trauma fuerte (muchas veces como resultado de violencia, deportes o accidentes de tránsito) también puede resultar en la remoción de estos órganos.
En las mujeres, la remoción del útero se denomina histerectomía, un procedimiento que trae como consecuencia la imposibilidad de tener hijos y la interrupción del ciclo menstrual en las mujeres que aún no pasan por la menopausia. Las estadísticas apuntan a que aquellas mujeres cuyos ovarios han sido removidos no tienen una expectativa de vida menor. Curiosamente, entre algunas poblaciones masculinas, la eliminación de ambos testículos puede incrementar la expectativa de vida.
4 – Vesícula biliar.
En la región superior derecha del abdomen, justo bajo el hígado y protegida por las costillas podemos encontrar la vesícula biliar. En este lugar se almacena la bilis, una sustancia de constante producción secretada por el hígado que ayuda a romper las grasas. Cuando no se utiliza durante la digestión, la bilis es conducida a la vesícula biliar.
En el momento en que se detecta la presencia de grasas en los intestinos, se libera una hormona que provoca contracciones en la vesícula biliar, forzando a que la bilis sea liberada a los intestinos para ayudar a digerir la grasa. Sin embargo, cuando existe un exceso de colesterol en la bilis se pueden formar cálculos biliares, obstrucciones que pueden provocar un bloqueo en los tubos diminutos que conducen la bilis.
Cuando esto sucede, es posible que se haga necesaria una remoción de la vesícula biliar. El procedimiento quirúrgico se conoce como colecistectomía. A una persona cuya vesícula biliar ha sido removida se le indica una dieta libre de grasas, pues el organismo pierde la capacidad de romper muchas grasas y es que, aunque el hígado siga produciendo bilis, el cuerpo ya no tiene donde almacenarla. En el 2015, una mujer en la India obtuvo el récord mundial después que le extrajeran 12 mil cálculos biliares.
5 – El colon.
Con aproximadamente dos metros de largo, el colon tiene la forma de un tubo seccionado en cuatro partes: ascendente, transverso, descendente y sigmoideo. Entre sus principales funciones se encuentra la absorción de los líquidos y la preparación de las heces, a través de la compactación.
Una vez más, el cáncer y otras enfermedades pueden llevar a la necesidad de remover un fragmento o la totalidad del órgano. La mayoría de los pacientes logran salir bien librados del procedimiento, aunque con una evidente alteración en sus hábitos intestinales. Al inicio el médico recomienda una dieta de alimentos blandos para ayudar al proceso de cicatrización, y quizá se haga necesario que se anexe un compartimento para la recolección de las heces.
6 – El estómago.
Parece imposible poder vivir sin estómago, pero es una realidad. Entre las funciones principales de un estómago se encuentra la digestión mecánica que ejecuta a través de las contracciones mediante las que destruye los alimentos, la digestión química involucra la liberación de ácido para ayudar a descomponer químicamente los mismos alimentos y a continuación sucede la absorción y secreción.
Un cáncer o un trauma severo pueden llevar a la necesidad de remover por completo el estómago de un paciente. En 2012, en Gran Bretaña una mujer tuvo que ser sometida a una eliminación de estómago tras ingerir un cóctel con nitrógeno líquido.
El esófago queda directamente anexado al intestino delgado cuando sucede una remoción de estómago. Con las precauciones adecuadas y con algunas adaptaciones – por ejemplo, en la cantidad de alimento que se ingiere – las personas son capaces de seguir una dieta normal, junto con suplementos vitamínicos y una vida saludable.
7 – Los riñones.
La mayoría llegamos a este mundo con un par de riñones, pero somos perfectamente capaces de sobrevivir solamente con uno – o incluso con ninguno con la ayuda de diálisis. El papel principal de los riñones es el filtrado de la sangre para mantener el agua y el equilibrio de los electrolitos, así como un equilibrio ácido-base en el organismo.
Imaginemos a los riñones como una especie de tamiz que, a través de diversos procesos, logra mantener elementos útiles, como las proteínas, células y nutrientes que el cuerpo necesita. Mucho más importante aún son los procesos a través de los cuales desecha muchas de las cosas que no necesitamos y que de otra forma nos perjudicarían, dejándolas pasar por su tamiz biológico en forma de orina.
Existen muchos motivos para que un riñón (o ambos) tenga que extraerse: padecimientos hereditarios, los daños causados por el alcohol y las drogas, infecciones, etc. Cuando ambos riñones llegan a fallar, irremediablemente la persona necesita someterse a uno de los dos tipos de diálisis: diálisis peritoneal o hemodiálisis.
La hemodiálisis se vale de una máquina que contiene una solución de dextrosa para limpiar la sangre, mientras que la diálisis peritoneal emplea un catéter especial insertado en el abdomen para permitir que la misma solución de dextrosa sea filtrada dentro y fuera de forma manual. A través de estos métodos se eliminan los desechos que el cuerpo no necesita.
Cuando una persona se ve en la necesidad de someterse a diálisis su expectativa de vida disminuye, aunque esto depende de muchas cosas como el sexo, la edad y otras enfermedades que puedan parecer. Por ejemplo, investigaciones recientes revelaron que cuando una persona inicia las diálisis a los 20 años su expectativa de vida oscila entre 16 y 18 años, mientras que una persona de 60 años sólo puede vivir con diálisis durante 5 años. Cuando la diálisis ya no es una opción viable, se hace necesario un trasplante de riñón para evitar la muerte.
WOW ME QUEDE SORPRENDIDO CON LO DEL ESTOMAGO
pero aun lo tienes,… roto …. pero sigue ahi =)
El estomago y los riñones? Creo que alguien quizo pasarse de listo
Esperaba a que se mencionase el corazón.
¡¡¡Muy pero muy interesante!!! Gracias por el post