Cuando observamos fotografías antiguas, es fácil darse cuenta lo mucho que influía la práctica en las personas del pasado. Aquellas primeras imágenes revelan información fascinante sobre la vida antes del auge de la fotografía. Algunas de las imágenes más antiguas creadas por la humanidad poseen un aura profunda.
No importa si se trata de un paisaje histórico o una impresionante captura del espacio exterior. Las fotografías de esta lista se encuentran entre las más antiguas. De hecho, la mayoría son las primeras en su tipo. Estas imágenes son un registro invaluable de la evolución que tuvo la disciplina fotográfica a lo largo del siglo XIX.
La fotografía más antigua en la que aparece un humano.
En 1838, Louis Daguerre captó el paisaje urbano de París. En la escena se observa el Boulevard du Temple y sobre uno de sus laterales a un hombre boleando sus zapatos. Esta es la fotografía más antigua conservada donde aparece un ser humano. La imagen se tomó desde la ventana de un piso superior. Curiosamente, en la parte inferior izquierda de la fotografía aparecen otras dos personas en forma de siluetas sombreadas que resultan casi indistinguibles.
Por otro lado, el hombre de sombrero y chaqueta, con el pie en el banco de boleo, es fácilmente reconocible. Valiéndose de una placa de cobre recubierta de plata para registrar la imagen, Daguerre habría requerido unos seis minutos de exposición, por lo que el sujeto debió estar bastante quieto mientras le lustraban los zapatos.
La fotografía más antigua conservada de una mujer.
La dama que aparece en la siguiente fotografía se llamaba Dorothy Catherine Draper. Era hermana de John William Draper (1811-1882), un médico y químico británico que siempre estuvo a la vanguardia de la investigación a lo largo de su vida. Cuando se tomó la imagen, todavía existían ciertas limitaciones a la hora de fotografiar personas.
La más desafiante era el prolongado tiempo de exposición, por lo que la modelo debía quedarse inmóvil un buen rato. Afortunadamente, Dorothy tenía el temple necesario para superar el reto. Durante los 65 segundos que duró la exposición, la mujer se sentó sin pestañear una sola vez. Gracias a ello tenemos este inquietante retrato con una expresión sorprendentemente genuina. También es la primera fotografía de una mujer con los ojos abiertos.
La primera fotografía de la Luna.
Draper contribuyó al desarrollo de la primera ley de la fotoquímica, conocida como ley de Grotthus-Draper. Básicamente, establece que un sistema debe absorber luz para producir un cambio fotoquímico. También describió un fenómeno conocido como “punto [de] Draper”: el químico se percató que, a partir de los 525˚ C, todos los materiales sólidos brillan con un rojo apagado como consecuencia de la radiación de cuerpo negro.
Sus aportaciones resultaron esenciales en el desarrollo de disciplinas como la mecánica cuántica. Y uno puede ver el talento de este personaje en la imagen de arriba: la primera fotografía de la Luna. Uno de los mayores inconvenientes con los daguerrotipos fotográficos era su vida útil. A menos que se conservaran en excelentes condiciones desde la captura, no duraban mucho.
Por eso es que esta imagen de la Luna se deterioró tanto en los últimos 180 años. Sin embargo, esto no le resta merito como una primicia fotográfica importante.
La primera fotografía del Sol.
Conforme la fotografía se hizo más presente, las personas crearon nuevas tecnologías para capturar imágenes más rápido y con mayor calidad. Hippolyte Fizeau y Léon Foucault son los científicos franceses responsables por la primera fotografía del Sol. Al igual que muchos otros investigadores de su época, recurrieron al daguerrotipo.
Hace más de siglo y medio, esta fotografía en blanco y negro aparentemente simple destacó por mostrar al Sol como una estrella más en el firmamento. Ya no parecía ese monstruo cósmico abrumador e insondable que vemos todos los días. Lo increíble de esta captura es que pueden apreciarse algunas manchas solares. Estas se producen cuando en el campo magnético de la estrella aparecen inestabilidades que ascienden hasta la fotosfera, la superficie visible del Sol. Es increíble que todavía existan estas fotografías antiguas, sobre todo porque nunca se pensaron para que duraran tanto.
La primera fotografía tomada con una cámara.
En la década de 1820, Joseph Nicéphore Niépce realizaba la hazaña de fijar la primera imagen captada con una cámara. Conseguir esta fotografía le habría tomado al menos ocho horas o quizás varios días de exposición en la cámara. Pese a todo el tiempo invertido, aquellas primeras capturas resultaron extremadamente rudimentarias.
El paisaje que observas solía ser la finca de Niépce en la localidad de Saint-Loup-de-Varennes, Francia. El científico mezcló betún de Judea con un poco de agua. Después, calentó la sustancia sobre una placa de peltre hasta alcanzar cierto grado de dureza. Y apuntó la misma placa a una ventana del segundo piso con la cámara.
La primera foto de una borrachera.
Conforme avanzó el siglo XIX, la fotografía empezó a cambiar. En esta imagen, un grupo de amigos disfruta de una bebida mientras posa para el calotipo en 1844. El sujeto al centro de esta fotografía es el Dr. George William Bell, un reformador social de la época. El hombre risueño del fondo es David Octavius Hill, un fotógrafo pionero en la técnica del calotipo.
El primer autorretrato.
Las técnicas desarrolladas por Daguerre motivaron a un montón de personas a incursionar en el maravilloso mundo de la fotografía. El empresario estadounidense Robert Cornelius era una de esas personas, y hoy se le recuerda por protagonizar el autorretrato más antiguo conocido. En aquel octubre de 1839, Cornelius trabajó en el exterior para aprovechar la luz ambiental.
Así fue como se creó este autorretrato de medio cuerpo. Para conseguirlo, Robert Cornelius equipó una caja con los cristales que utilizaban las gafas para opera. Este fotógrafo aficionado instaló la cámara en la parte posterior del negocio de su familia, en Filadelfia. Para capturar la imagen, Cornelius retiró la tapa del objetivo y corrió hacia el encuadre.
Allí esperó durante 5 minutos antes de volver a tapar el objetivo. Etiquetó la parte posterior de la fotografía como la “primera imagen de luz jamás capturada – 1839”. Sin lugar a duras, una de las fotografías más antiguas.
Que interesantes son estas fotos no sabia que tuviera tanto tiempo de historia la fotografía