5 cosas aparentemente inofensivas que dañan el planeta

No es ninguna novedad que la humanidad viene programada con una asombrosa falta de conciencia medioambiental. Desde la basura que arrojamos a las calles todos los días hasta esa molesta negación en lo que respecta al cambio climático, nuestras actitudes funcionan muy bien cuando se trata de perjudicar al planeta. Una buena educación ecológica de ninguna forma es un capricho de una corriente o grupo, es una necesidad básica. ¿No lo crees así? En seguida te presentamos cinco cosas que a simple vista resultan inofensivas, pero que provocan un terrible daño al planeta.

1 – El papel para envolver regalos.

El ritual de envolver un regalo ha permeado tanto en la cultura global, que muchas veces nos sentimos avergonzados cuando no alcanzamos a poner un regalo en un bonito empaque. Sin embargo, todo aquel que alguna vez envolvió un regalo también debería sentirse avergonzado con la Tierra. Se ha llegado a estimar que la humanidad gasta anualmente la espeluznante cantidad de US$ 2,600 millones al año en papel de envoltura. Un 50% de las 85 millones de toneladas que los gringos consumen en productos a base de papel anualmente se destina tan solo a los empaques.

El papel de envolver y las bolsas de papel suman alrededor de cuatro millones de toneladas de basura. Es decir, cuatro millones de toneladas de árboles convertidos en un montón de desperdicio, que aunque sea muy colorido y bonito no deja de ser un desperdicio. Ni siquiera sabemos qué hacer con los papeles de envoltura una vez que los regalos cumplen su cometido.

De ninguna forma es conveniente quemarlos para hacer una fogata, pues la mayoría de este material proviene de lugares como China, donde les agregan sustancias como plomo, plástico, cloro y tintas sintéticas. Cuando son quemadas, estas sustancias aparecen en llamas de colores espectacularmente cancerígenas.

2 – Las pinturas oscuras.

Seguramente has escuchado algo sobre que los colores tienen un efecto importante en la eficiencia energética, pudiendo hacer una gran diferencia.

En un experimento, un grupo de investigadores dejó un automóvil color plata y uno color negro durante una hora en un estacionamiento de Sacramento, California, durante un día particularmente caluroso. Una vez concluido este lapso, el automóvil plata presentaba una temperatura interna un poco más fría que la del automóvil negro. Puede que esto no parezca nada significativo, pero cuando un automovilista tiene que gastar más tiempo y energía con el aire acondicionado encendido para enfriar el interior de su automóvil color oscuro, la diferencia representa un incremento de casi 2% en economía de combustible. Si todos los autos del mundo tuvieran pinturas claras, automáticamente tendríamos una reducción drástica en las emisiones de carbono.

Y no se limita a los bólidos. Por ejemplo, cosas como impermeabilizar la azotea de tu casa de color blanco puede significar un ahorro de hasta el 20% en los costos del aire acondicionado.

3 – Llevarse las conchas de la playa.

Prácticamente todos los que hemos ido a la playa sacamos unas cuantas conchas para llevarlas como recuerdo o decoración. ¡Es una pésima idea!

Un estudio que se extendió durante más de tres décadas concluyó que los turistas están devastando la ecología de las playas, principalmente debido a la colecta de conchas. Esto, aunado a los recorridos policiales hechos con vehículos a gasolina, provoca grandes cambios en los ecosistemas a lo largo de las costas.

En Playa Larga de Salou, Tarragona, España, donde se realizó el estudio, la abundancia de conchas disminuyó un 60% a medida que el turismo incrementó en un 300% en la zona.

¿Por qué son tan importantes? Básicamente por que las conchas tienen un papel protagónico en la erosión de las playas, sirven como hogar de numerosos peces y otros seres vivos marinos y son usadas en los nidos de aves. Menos conchas se traducen en menos de todo lo que requiere de ellas.

4 – Las ventanas.

Las ventanas pueden ser de mucha utilidad en lo que respecta a la iluminación de interiores, pero también nos hacen gastar más energía, debido a que no ayudan a conservar la temperatura en el interior de una casa.

Alrededor de un 30% de la energía que utilizas para calentar o enfriar tu casa se va por la ventana. ¿Existe una solución? Por ejemplo, se podría optar por instalar “ventanas inteligentes”, productos que podrían ayudar a economizar más del 1% de la energía anual consumida. Parece algo insignificante, pero que a final de cuentas termina costando US$ 10,000 millones a países como los Estados Unidos.

¿Qué hace una ventana inteligente? Esencialmente se trata de dos placas de vidrio unidas al centro con un material adhesivo. El interior se vuelve opaco cuando incide luz brillante, lo que reduce el calor en el hogar. La diferencia es realmente importante.

5 – Frutas con imperfecciones o maduras.

Quizá ya te ha pasado antes: vas al supermercado, te pasas por la sección de frutas y no llevas nada por qué “no tenían nada fresco”. Incluso las bananas a las que todavía les falta madurar son más propensas a ser adquiridas que aquellas bien maduras. ¿Por qué? Nadie quiere comprar una banana que ha pasado demasiado tiempo en el supermercado – aunque sea perfectamente comestible.

Entonces, ¿qué pasa con todas esas bananas que se maduran por completo y con las frutas que presentan algún defecto? Van al bote de basura.

Supermercados y restaurantes son responsables por la producción de más de 180 millones de kilos de alimentos, y casi una tercera parte de esto nunca se consume. Cualquier cosa que se madura, mancha, deforma o con apariencia añeja tiene que ser cambiada, aunque sirva, por qué así lo desea el consumidor.

El resultado es que el 10% del suministro de alimentos va de la granja al vertedero, con pequeñas vacaciones de por medio en los supermercados, y el otro 20% es desechado en las casas de los consumidores. El daño que esto le provoca a la población y al medio ambiente, ya pueden imaginarlo.