5 bárbaros famosos en la historia

El mundo occidental tal y como lo conocemos no existiría si no fuera por los bárbaros. Tampoco lo haría una de las religiones más importantes del mundo: el cristianismo. Sin duda, el bárbaro más famoso fue Conan el Cimmerio. Pero, ¿qué es un bárbaro?

En resumidas cuentas, es un salvaje, un individuo que vive al margen de lo que se considera una sociedad «civilizada». Para los antiguos griegos, los persas eran unos bárbaros. Ya para los romanos, bárbaros eran los celtas, galos, y los antiguos pueblos germánicos. Y como se puede suponer, a lo largo de la historia ha habido muchos bárbaros importantes a la cabeza de estos grupos étnicos, a continuación te presentamos 5 de los bárbaros famosos en la historia.

Julio César

Antes de que Julio César se convirtiera en el primer gran emperador de Roma, fue bastante reconocido por la conquista de Galia (actual Francia). Vercingetórix fue el líder galo al que César derrotó para que dicha conquista fuera una realidad. Vercingetórix era un joven bárbaro noble que luego de traicionar a los romanos logró reunir a la mayoría de las tribus galas en un ejército, siendo declarado rey y puesto a la cabeza de las acciones de lucha contra los romanos. Luego de varias victorias y especialmente después de una que le costó demasiado, Vercingétorix se retiró a la fortaleza de Alesia.

Julio César lo persiguió y sitió la fortaleza, construyendo un muro para mantener a los galos en el interior de la estructura. Como los aliados de Vercingétorix estaban en camino para rescatar a su rey, César construyó otra pared a sus espaldas para proteger a sus fuerzas de los galos que llegaban. En otras palabras, las fortificaciones de César tenían la forma de una rosquilla con Alesia situada en el centro.

Los galos llegaron pero nunca pudieron salvar a su rey, y después de la batalla final, Vercingétorix terminó por rendirse. Esta derrota fue la batalla decisiva que finalmente le cedió el resto de la Galia a Roma. César utilizaría el prestigio de esta victoria para convertirse en emperador.

Alarico I

En un momento en torno al año 400 d.C., el Imperio Romano se había extendido tanto que se veía imposibilitado para reunir las suficientes fuerzas militares para proteger sus territorios, fue entonces que Roma comenzó a contratar mercenarios germánicos. Entre esos mercenarios se encontraba un comandante visigodo llamado Alarico. Como es de suponerse, los romanos solían tratar a sus mercenarios extranjeros como ciudadanos de poca importancia.

Luego de haber tenido suficiente del trato de los romanos, los visigodos de Alarico lo declararon rey y se pusieron en pie de guerra. Después de devastar Grecia y esclavizar Esparta, Alarico sitió a la ciudad de Roma en tres ocasiones. La primera vez que se presentó, los romanos lo sobornaron con la fortuna de un rey para que se fuera. La segunda vez que se presentó, obligó a los romanos a establecer un segundo emperador rival.

La tercera vez se presentó a pesar de que Roma sufría una crisis y profundos problemas internos. El mayor defensor de Roma, el general Estilicón, el único hombre al que Alarico temía, había sido asesinado por sus propios conciudadanos debido a asuntos políticos. Alarico tomó por asalto la ciudad, se abrieron las puertas, y por primera vez en 800 años, una horda de bárbaros saqueaba la ciudad de Roma.

Alarico encontró la muerte de forma prematura a los 35 años en Cosenza. Para sepultarlo desviaron el curso del río Busento a su paso el lugar de su muerte y enterraron a Alarico junto con su tesoro en el lecho del río, para posteriormente devolver el río a su cauce y matar a los esclavos que realizaron las obras.

Atila el Huno

No se puede hablar de bárbaros sin mencionar a Atila el Huno, otro personaje que amenazaba constantemente a la propia ciudad de Roma. Él se hizo de poder y un nombre de forma paralela a la caída del Imperio Romano… y él sabía perfectamente esta situación. Roma era débil y Atila tenía su propio imperio huno a su entera disposición. Así que Atila hizo lo que cualquier caudillo bárbaro sediento de sangre haría… invadió al Imperio Romano.

En un principio, intentó tomar Constantinopla (actual Estambul), luego volvió y trató de tomar la Galia Romana (actual Francia). Fue derrotado varias veces, pero poco le importaba. Atila simplemente se reagrupaba y volvía a intentarlo más tarde. Entre estas constantes invasiones, Atila sería responsable por uno de los más grandes cambios en el mundo occidental. Cuando Atila intentó invadir Italia, no sería el emperador romano quien viajara al norte para convencerlo de dar la vuelta, sino que fue el obispo de Roma.

Hoy conocemos al entonces Obispo de Roma con un nombre muy diferente: el Papa. Cuando el Obispo salvó a Roma, se dio el comienzo de la transferencia del poder desde el Emperador Romano a la cabeza de la Iglesia cristiana. El efecto que esto tendría en nuestro mundo sería inconmensurable.

Genghis Khan

En Asia, los mongoles fueron ampliamente considerados unos «bárbaros» por la gente más «civilizada» de la región. El más grande líder de los mongoles, fue sin lugar a dudas, Genghis Khan. Con el mérito de haber unificado a muchas tribus nómadas de Asia, Genghis estableció el «Imperio Mongol» y fue declarado el Gran Khan de su pueblo. Fue entonces que Genghis Khan invadiría y conquistaría la mayor parte del continente euroasiático. La única cosa que salvó a la Europa occidental fue la distancia desde donde comenzó Genghis Khan.

De forma poco probable, tras la muerte de Genghis (cuya causa no está muy clara), sus descendientes continuaron expandiendo el Imperio mongol en lugar de ponerse a luchar entre sí. En su apogeo, el Imperio Mongol fue el más grande imperio contiguo que el mundo haya visto.

Parece haber una percepción en la actualidad de que históricamente el oeste, con Las Cruzadas, irrumpió en otras civilizaciones para conquistar y convertirlas. Pero nada más lejos de la verdad, ya en los tiempos de los 300 espartanos de las Termopilas, el mundo islámico hacia todo lo posible para conquistar Europa. Y no olvidemos por qué Constantinopla ahora es conocida como Estambul. En 732, sin embargo, el imperio islámico estuvo más cerca de tomar Europa, y de llegar a lograrlo el mundo actual sería un lugar muy diferente.

Carlos Martel

Una vez que tomaron el norte de África, un vasto ejército de moros musulmanes cruzaba Gibraltar en Hispania (actual España). Luego de conquistar Hispania con muy poco esfuerzo, los moros se adentraban hacia el norte en el territorio de los francos (actual Francia). Hacía mucho que el Imperio Romano se había ido y Europa no era más que un cúmulo de pequeños reinos bárbaros. Pero entre esos llamados bárbaros, se había levantado un gran líder militar de los francos, Carlos Martel, «El Martillo».

Los moros irrumpieron en territorio franco para localizar a Martel quien los esperaba con un ejército de francos que había unificado bajo su bandera. La caballería mora arremetería contra la infantería franca. A pesar de que los moros aventajaban con sus caballos se encontraron una barrera franca impenetrable. Mientras trataban desesperadamente de romper a sus enemigos, los moros recibieron noticias de que su campamento base estaba siendo atacado por francos exploradores. Como varios moros regresaron a salvar sus campamentos, entre la confusión otros moros creyeron que estaban siendo testigos de una retirada masiva y huyeron sólo para ser abatidos por los francos quienes los persiguieron.

El líder de los moros, en un intento por detener la retirada, se vio rodeado y fue asesinado. A la mañana siguiente, los moros habían huido de nuevo a Hispania. Si Carlos Martel hubiera fracasado, es más que posible que el Imperio Islámico habría tomado Europa. Posiblemente el cristianismo habría desaparecido y todo el mundo occidental ahora practicaría el Islam. En lo que respecta a Carlos Martel, es posible que hayas oído hablar de su nieto… Carlomagno.

Como se puede concluir, mientras los bárbaros pueden ser considerados salvajes por algunos, son responsables por formar el molde de una gran parte de lo que ahora conocemos como el «mundo occidental». Cuando el Imperio Romano cayó, fueron los bárbaros quienes llenaron el vacío y construyeron un nuevo mundo.

Imágenes: Wikimedia Commons