4 películas sobre viajes en el tiempo

Hoy te recomendaremos cuatro buenas películas sobre viajes en el tiempo. Este tipo de producciones cinematográficas basadas en ciencia ficción resultan un quebradero de cabeza. Pero, una vez que encuentras el hilo a la sucesión de eventos la trama se rebela majestuosa. La primera película sobre viajes en el tiempo se estrenó en 1921. Era una producción del cine mudo dirigida por Tay Garnett que llevaba por título A Connecticut Yankee in King Arthur’s Court.

La historia se adaptó del cuento Un yanqui en la corte del rey Arturo, escrito por Mark Twain en 1889. Aunque pasó más de un siglo, los viajes temporales siguen vigentes en la pantalla grande. Los movimientos hacia el pasado o futuro se presentan de modos tan variados en las películas que resulta difícil encontrar un denominador común.

Salvo raras excepciones, la mayoría de las películas sobre viajes en el tiempo se pasa por el arco del triunfo las teorías de Einstein que posibilitarían los viajes en el tiempo. Independientemente si atienden las leyes de la física o prefieren la ciencia ficción, las películas sobre viajes en el tiempo suelen estimular nuestra inteligencia.

El efecto mariposa (2004).

Creo que, en algún momento de nuestras vidas, todos deseamos volver al pasado para cambiar algo. En la trama de esta película, Evan (Ashton Kutcher) realiza un hallazgo impresionante. Al releer sus viejos diarios, adquiere la capacidad de viajar en el tiempo y volver a su juventud. Conservando sus conocimientos y mentalidad de adulto.

Para alguien que sufrió bullying y abuso de un pedófilo, esta parece una oportunidad para la redención. Es en esta parte de la trama que la película se revela como un thriller inspirado por un concepto científico. En cada viaje que hace al pasado para evitar los eventos traumáticos, Evan altera la línea del tiempo modificando su futuro original.

Cada cambio, por más mínimo que sea, detona una reacción en cadena. Como consecuencia de estas alteraciones, el protagonista termina dañando a sus seres queridos. En la década de 1960, el meteorólogo estadounidense Edward Lorenz introdujo el concepto de “efecto mariposa” en el ámbito de las predicciones climáticas.

Se percató de que al clima lo rige un sistema tal sensible a las pequeñas interferencias, que resultaba imposible elaborar predicciones a largo plazo. Para ejemplificar esto, mencionó que el aleteo de una mariposa en Brasil podría desatar un tornado en Texas. La idea se basa en los cambios progresivos de una causalidad aplicable en muchas disciplinas.

Gracias a esto se formuló una nueva rama de la ciencia denominada “Teoría del caos”. No hay que confundir el efecto mariposa con el efecto dominó. La diferencia radica en que el último se rige por una sucesión lineal de eventos. Mientras que el efecto mariposa aborda reflejos repletos de variables impredecibles por naturaleza. Ver Trailer (guiño, guiño).

Interestelar (2014).

Sin lugar a dudas, Interestelar es una de las obras maestras de Nolan. La trama nos ubica en un futuro próximo, donde el cambio climático generó sequías que transformaron el planeta en un lugar inhóspito. La supervivencia de la humanidad depende de los escasos cultivos que sobreviven en zonas muy específicas.

De vez en cuando, una especie vegetal sucumbe ante el clima extremo y termina desvaneciéndose para siempre. Más que nunca, el mundo necesita de granjeros talentosos que puedan sacar adelante cosechas fuertes. Las personas abandonan sus profesiones para dedicarse de lleno a lo esencial: la supervivencia.

Tal es el caso de Cooper (Matthew McConaughey), un experimentado piloto convertido en agricultor que termina involucrándose en una misión de la NASA. El objetivo es localizar un planeta habitable, pues la Tierra tiene los días contados. Aunque ese mundo distópico de un planeta en ruinas a causa del cambio climático se hace cada vez más probable, Christopher Nolan echó mano de la ciencia ficción cuando tuvo que abordar el tema del viaje espacial.

Licencia poética en la película.

Cooper emprende el viaje con un equipo de científicos. El objetivo es aproximarse a Saturno y aprovechar un agujero de gusano para viajar a una galaxia distante. Una vez allá, deben buscar un planeta semejante a la Tierra. Aunque esta película introdujo un nivel nunca antes visto en el cine, resultaba prácticamente imposible que mantuviera el rigor científico ante la naturaleza imaginativa de la trama.

Para rescatar la esencia de los fenómenos físicos que gobiernan al Universo, la película contó con la asesoría de Kip Thorne, el premio Nobel de Física en 2017. De hecho, el agujero negro que vemos en la película se hizo a partir de ecuaciones propuestas por el propio Thorne. Así fue como el equipo de efectos especiales llegó a la apariencia de Gargantúa. Evitando el error conceptual de que un agujero negro no es más que un simple hoyo en el espacio.

Por supuesto, todo esto sería válido solo si los agujeros de gusano realmente existieran allá afuera. Para la Relatividad General se trata de un concepto viable, y un objeto con estas características es bien aceptado por la cosmología moderna. Sin embargo, hasta la fecha no existe evidencia sólida de que estos hipotéticos túneles del espacio-tiempo funcionen como atajos para viajar a regiones distantes del Universo.

El manejo del tiempo.

Otro gran acierto de Interestelar es la forma en que abordó el paso del tiempo a medida que los astronautas se aproximan al agujero negro. Se trata de objetos tan masivos que su gravedad es capaz de estirar el espacio tiempo, como lo haría una bola de cañón sobre un trozo de tela tensada. Este aspecto de la física teórica es lo que impulsa el aspecto sentimental en Interestelar.

En el momento que Cooper atraviesa el horizonte de eventos, desde su perspectiva el tiempo pasa mucho más lento a diferencia de los que sucede con Murphy (Jessica Chastain), la hija que dejó en la Tierra. Ella ve su vida pasar mientras Cooper sigue teniendo la misma edad. La ciencia cede su lugar a la fantasía cuando ambos buscan una forma de reencontrarse, pese a la incompatibilidad temporal.

Eso implica que Cooper vaya contra las leyes de la física, regresando a casa con su amada hija. Todo eso a pesar de que atravesó el horizonte de eventos, el límite teórico de un agujero negro del que ni siquiera la luz puede escapar. Mucho menos un montón de carne y huesos. Pero, ni siquiera estos aspectos merman la inteligencia de la trama. Trailer de la película.

El día de la marmota (1993)

A través del humor y la fantasía, Groundhog Day nos deja un mensaje sobre la importancia de vivir intensamente. La historia la protagoniza Phil (Bill Murray), el meteorólogo de un canal de televisión. A regañadientes, cada 2 de febrero tiene que acudir a un pequeño pueblo para cubrir una nota sobre una marmota que hace pronósticos del tiempo.

A Phil le fastidia ese trabajo, algo que resulta evidente por la forma tan déspota en que trata a las personas. Es entonces que sucede lo inexplicable: al despertar el día siguiente, Phil descubre que otra vez es 2 de febrero. Y que debe hacer el mismo reportaje aburrido nuevamente. Aparece un bucle temporal en la película donde el mismo día se repite una y otra vez.

La situación se vuelve tan desesperante que, al principio, Phil intenta suicidarse. Pero, conforme pasa el tiempo asimila que, si está preso en un bucle temporal, debe amar a la gente como si no hubiera un mañana.

La idea de un hombre atrapado en el mismo día no es nueva. En La gaya ciencia, Nietzsche lo aborda desde una perspectiva diferente. Para el filósofo alemán se trata de la idea del eterno retorno, donde experimentamos la misma vida ahora que en el pasado. Y siempre la repetiremos en el futuro, condenados a una existencia repetitiva.

Cada quien elige su forma de vivir, pero si encaras el eterno retorno con la misma actitud que Phil, estás en el infierno. De hecho, la trama en El día de la marmota guarda ciertas semejanzas con la visión cristiana del purgatorio. Un sitio de prueba donde el periodista debe purificarse antes de alcanzar el paraíso.

Te Amaré Por Siempre (2009).

Desde una perspectiva científica, el talón de Aquiles de muchas películas sobre viajes en el tiempo es la idea de que el pasado puede alterarse. Si se guiaran por la Teoría de la Relatividad, tendríamos películas donde tanto el pasado como el futuro son inmutables. Te Amaré Por Siempre cuenta la historia de Henry (Eric Bana), un hombre que realiza viajes esporádicos en el tiempo a causa de una alteración genética.

Los episodios se manifiestan esporádicamente y no tiene el más mínimo control sobre ellos. Parecido a lo que sucede con un ataque epiléptico. Apenas al empezar la película, se encuentra con una mujer desconocida (Rachel McAdams) que le asegura ser una vieja amiga. Tan íntimos que, en algún momento del futuro, terminan casados.

Henry no tiene idea de quién es esta mujer pues la conocería después, en un futuro viaje al pasado. Así, lo que para ella ya sucedió, para el protagonista todavía es algo nuevo. Es una historia compleja y un poco difícil de asimilar. Pero, la trama se mantiene fiel a lo que la ciencia postula sobre el tiempo.

En toda la historia de nuestro mundo, existe una única línea de tiempo que se extiende tanto al pasado como al futuro. Es la misma naturaleza inmutable del tiempo lo que inválida todas las paradojas sobre los viajes temporales. Ojalá te sea de utilidad esta pequeña lista con buenas películas sobre viajes en el tiempo. Si deseas recomendar alguna, déjala en los comentarios.