Este tipo de mensajes se han vuelto algo recurrente en cualquier grupo de WhatsApp: «amigos, no sé si sea verdad, pero se los compartiré pues uno nunca sabe: están moliendo ratas junto con la cebada en la producción de cervezas. ¡Pásalo a tus contactos!«. Aquello que ha sido llamado cadena, virus y hoax – y que en el pasado llegaba a través del email – vuelve a surgir como una maldición recurrente con rostro nuevo y merece toda nuestra atención.
Las fake news se han convertido, sobre todo en épocas electorales, en tema de suma importancia al grado que las empresas responsables de las redes sociales y medios informativos han emprendido diversas campañas para contrarrestarlas.
Y es que estas noticias falsas van desde simples rumores que circulan por Internet hasta artículos llenos de desinformación cuyo único objetivo es engañar al lector. Algunas fake news aparentemente resultan inofensivas y son muy fáciles de identificar pues parecen demasiado absurdas – como las historias sobre invasiones extraterrestres – pero el problema son aquellas que terminan influenciándonos emocionalmente y nos hacen replicar la mentira sin antes analizar bien la información.
La ansiedad por compartir.
Gracias a la duda de si la historia que llegó a través del WhatsApp de la familia es real o no y a la ansiedad por proteger a nuestros conocidos y familiares, las mentiras encuentran tierra fértil para diseminarse a una velocidad impresionante. Cuando el volumen de publicaciones por usuario se dispara, es un claro indicio de que las emociones juegan un papel preponderante. Por ejemplo, en épocas electorales los sentimientos están a flor de piel y cualquier tema puede contener una gran carga de compromiso emocional.
Esta implicación emocional, al mezclarse con el ambiente de incertidumbre y con el miedo que deriva de la ansiedad terminan abonando a la desinformación.
Un caso muy particular de este fenómeno sucedió con el caso Odebrecht en Facebook. Si bien los medios tradicionales tuvieron la primicia sobre estos actos de corrupción, el hype y la verdadera repercusión del caso se produjo en aquellas páginas donde se gestan las burbujas ideológicas. ¿Y quiénes suelen seguir estos sitios? Un público ávido de afecto, independientemente si son de derecha o izquierda.
Y con las próximas elecciones prácticamente a unas semanas, el panorama es desfavorable en un proceso electoral contaminado con una intensa producción de desinformación, un fenómeno que solamente encuentra explicación en el hecho de que la política sea un ejercicio social con profundos vínculos emocionales y afectivos, pero que difícilmente le da espacio al raciocinio profundo.
Proyectos que combaten las noticias falsas.
Estas incubadoras de burbujas ideológicas son sitios independientes a los medios de comunicación tradicionales donde generalmente no aplican filtros en la divulgación del contenido. Se trata de información repleta de afirmaciones que refuerzan aquello en lo que las personas creen de antemano. Por eso la divulgación tan acelerada de noticias falsas.
Y entre más tiempo se demora en corroborar dicha información, peores son los estragos. Por eso es que han aparecido proyectos especializados en desmentir las fake news que se divulgan en la red. Propuestas como “Verificado”, una plataforma digital que se encarga de revisar los hechos e información del discurso público, han venido involucrándose en el proceso electoral de México para desmentir o corroborar toda clase de información de dudosa procedencia.
Y es que el verdadero problema de las fake news en redes sociales es que parecen noticias verdaderas. Aunque algunas publicaciones no son rigurosamente falsas, recurren al uso factual de la información con fondo verdadero para sembrar incertidumbre en los lectores.
Las aplicaciones de mensajería no son fuentes confiables de noticias.
Algunas estimaciones apuntan a que los internautas consumimos noticias de una forma preocupante, recurriendo principalmente a aplicaciones de mensajería. Uno de cada dos usuarios tiene como fuente de referencia el grupo familiar, el de la escuela de los niños, el de los compañeros de trabajo, etc.
Y aunque muchas personas no creen en la información que reciben por estos medios, frecuentemente estas mismas personas no dedican tiempo a revisar la información. Por otro lado, existe una mayoría que no duda siempre que recibe información en línea y esto es algo sumamente preocupante.
Las fake news son más propensas a compartirse.
En una reciente investigación elaborada por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en los Estados Unidos, se llevó a cabo un análisis de 126 mil noticias publicadas en Twitter entre 2006 y 2017. Los tuits fueron realizados por cerca de tres millones de personas y los retuits ascendieron a 4.5 millones.
«Descubrimos que estas noticias falsas resultan más inusuales que las verdaderas, lo que apunta a que los individuos son más propensos a compartir esta clase de información inusual», menciona Soroush Vosoughi, colaborador del estudio.
Este hallazgo también apunta a que el problema de divulgación de estas noticias falsas reside más en las personas reales que en los robots. «Cuando una información es fresca, no sólo resulta sorprendente, sino que también es valiosa en la medida que transmite determinado estatus social de que [la persona] está al tanto de la información», agrega Vosoughi.
En México el panorama no es diferente. De acuerdo con información divulgada por la empresa Parametría, el 22% de los mexicanos comparte información sin saber si es auténtica o no.
Detectando fake news.
¿Entonces, cómo podemos filtrar aquello que clasifica como desinformación? Empezando por cuestionar lo básico: ¿ante la falta de una fuente o referencia, cuál es la posibilidad de que el contenido sea auténtico? Se hace necesario consumir información de fuentes verificadas y abandonar el hábito de compartir contenido de procedencia desconocida, después de todo, los internautas somos los principales diseminadores de las fake news. A continuación, te presentamos una serie recomendaciones muy sencillas para identificar las noticias falsas.
1 – Carece de fuente.
Si determinada información no tiene una fuente, desconfía. Incluso aunque tengamos ciertas sospechas sobre el posicionamiento de la prensa tradicional los periódicos, revistas y sitios de grandes empresas suelen ser fuentes legítimas de información. Siempre habrá que leer más de uno para formar un panorama más amplio y menos ideológico de determinado acontecimiento. Aunque sea un chisme muy interesante y al dedo le dé comezón por compartir, siempre cuestiona la información.
¿Conoces el sitio que lo compartió o viene de «pensamientosdefulanito.com«? ¿La información proviene de una institución educativa o de una universidad de renombre? ¿Existen referencias en el texto, como enlaces a investigaciones serias, o no es más que un montón de supuestos y adjetivos?
2 – Todo tono peyorativo es indicador de una mentira.
Es importantísimo: el periodismo serio, en cualquier parte del mundo, no acostumbra a emplear términos peyorativos. Si en el texto encuentras palabras que resulten insultantes para determinado individuo o sector social, duda.
3 – No te olvides de la fecha.
Otro detalle que suele pasar de largo es la fecha de la información. Tal vez una noticia no sea falsa, pero proviene del año 2003, siendo probable que haya perdido relevancia para la configuración actual de las cosas. Si parece algo absurda, búscala en Google o échale un vistazo a esta guía para confirmar si una noticia es falsa en Internet. La posibilidad de que una mentira haya sido desenmascarada desde hace mucho tiempo es muy grande. Si te llegó por WhatsApp, no la des por verdadera en automático.
4 – Usa Google para verificar.
En estos casos el truco está en utilizar la palabra clave. Cabe recordar que nos encontramos en pleno año electoral y los sentimientos están a flor de piel cuando se trata de informar a las personas en nuestro círculo cercano. Toda precaución es poca.
Sé feliz y deja de divulgar fake news.
Ahorita me vengo enterando que fue falso. Me quedé anonadada al investigar un poco, hasta la ONU cayó en eso.
Una de las mejores FakeNews que me he encontrado últimamente, es el ataque de Bashar Al Assad con armas químicas.
Los videos que pasan en las noticias con los niños medio muriendo, fueron grabadas por un cineasta Iraní en el 2013. Esto de acuerdo a un reportaje de las noticias del canal 4, FOROTV.
Qué pasa cuando ni siquiera, los medios de información INTERNACIONALES pueden reconocer un FakeNews del alcanze como el de las Armas Químicas?
Es justificado el ataque de UK, Francia y América hacia el pueblo de Bashar Al Assad?
Este mensaje fue patrocinado por tu madre
Come frutas y verduras.
lo preocupante no es que los medios internacionales no reconoscan la noticia falsa, lo preocupante es que sepan que es falsa y aun asi le den cobertura con apoyo de intereses de «alguien»