La historia de Blanche Monnier vio la luz el mes de mayo del año 1901. El abogado general de la ciudad de París daba lectura a una carta anónima que contenía detalles espeluznantes sobre una casa apartada en las inmediaciones de Poitiers. Según aquella carta redactada a mano, con buen vocabulario y caligrafía, una mujer era objeto de maltratos y vejaciones en este lugar.