¿Conoces a una persona que cree es más importante ayudar a los otros antes que a sí mismo? Puede ser un buen ejemplo para que aprendas una lección sobre la fatiga por compasión. El siguiente diálogo podría interpretarse por muchos como un hermoso acto de generosidad. Pero, en nuestro caso, la súper-persona es alguien con la costumbre de ofrecer más ayuda de la que suele conseguir. Y el resultado suele ser siempre el mismo: la persona falla cuanto rinde cuentas de sus promesas.
Anónimo: ¿Oye, podrías echarme una mano con este problema, amigo?
Súper-persona: Ni lo preguntes, ¡yo te ayudo!